No es el nombre más común entre los casi cien millones de hombres brasileños, pero el hecho de llamarse "Michel" en el momento en que el actual presidente del país, Michel Temer, está contra las cuerdas por escándalos de corrupción, toma una connotación diferente para algunos de sus pocos tocayos.
A pesar de tener una vida pública de varias décadas en la que como político se desempeñó en diversos cargos, nadie ha manifestado que recibió su nombre en homenaje a Temer, quien asumió el poder el 12 de mayo de 2016 y fue ratificado en el
cargo el 31 de agosto de ese año tras la destitución de Dilma Rousseff.
Algunos de los otros "Micheles" brasileños heredaron el nombre del exastro del fútbol francés Michel Platini, quien en los años ochenta protagonizó memorables partidos frente a la histórica selección 'Canarinha' del fallecido técnico Tele Santana.
Las nuevas generaciones de "Micheles" seguramente tampoco tendrán al político de 76 años como inspirador para el nombre que le darán a sus hijos y si de repente optan por él, podrá ser más por la simpatía con ídolos como el cantante Michel Teló, el del contagioso éxito "Ai se eu te pego", o el futbolista Michel Bastos.
En el Distrito Federal de Brasilia, muy cerca del Palacio de Jaburú, residencia oficial de Temer, y del presidencial Palacio de Planalto, Efe escuchó a cinco hombres, de diferentes condiciones sociales, que fueron bautizados como "Michel".
Con el mismo nombre del mandatario y sin expresar posiciones políticas personales, cada Michel señaló a la corrupción, las reformas laboral y de jubilaciones y a los excesos del gasto público como las cosas que no harían si fuesen su tocayo gobernante.
El arquitecto Michel Franck dijo que si fuese jefe de Estado no "limitaría la inversión social a través de una enmienda constitucional: "Creo que la educación y la salud son cosas muy importantes para uno limitar los gastos por veinte años".
El Gobierno fijó un límite para sus gastos para las dos próximas décadas, controlado por la inflación de cada año precedente, mediante una enmienda constitucional.
Otro homónimo del presidente, Michel Abelaria, productor musical, señaló que protegería a las minorías en su mandato imaginario.
"¿Lo que no haría como presidente de la República? No tomaría ninguna actitud que fuese contra las minorías, ni apoyaría cualquier órgano, personas o políticos que las atacasen", señaló el músico.
Para Abelaria, "en el momento en el que las minorías crecen y ganan cada vez más su espacio y la sociedad queda más igual, creo que sería una actitud muy burra, con relación al futuro, posicionarse en contra de cualquier una de ellas".
Ya el gerente comercial Michel Chaves cree que un presidente de la República no puede omitirse ante las denuncias de corrupción y casos de irregularidades involucrando integrantes del equipo de Gobierno.
"Lo que no haría si fuese presidente era justamente lo que nuestro actual presidente viene haciendo: Mantenerse omiso, sin participar de todas las políticas públicas actuales, sin ser una referencia para nuestra sociedad porque, actualmente, nuestros jóvenes buscan ídolos y no tenemos esa referencia e él", señaló.
De acuerdo con Michel Abreu, barbero clásico, el problema más crítico para Temer es la corrupción y si fuese presidente indicó que su principal meta sería el combate a la violencia.
"Si yo fuese el señor Michel Temer, presidente de la República, la cosa que no haría sería la de ser un político corrupto. Buscaría trabajar en pro de la sociedad, del pueblo brasileño. Trabajar sin corrupción, de una forma limpia y honesta", afirmó Abreu.
El quinto tocayo de Temer, Michel Barbosa, agricultor, expresó que le gustaría ser presidente para garantizar la jubilación de los trabajadores rurales como él.
"Si fuese presidente, no haría la reforma del sistema de pensiones, porque (con esa propuesta) nunca conseguiría jubilarme", reclamó Barbosa.
EFE / LR
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