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Las escuelas sin margen para recibir éxodo de “privados”

La migración de estudiantes desde los colegios privados hacia los públicos parece no tener un destino definido. La “pesca” de cupos no obtiene los mejores frutos porque, a juicio de los directores y profesores, no hay capacidad instalada para cubrir la demanda en las instituciones dependientes de la Gobernación y del Estado.

Por el aumento de las mensualidades, durante el año escolar 2016-2017, 246 mil alumnos de planteles pagos se fueron a los gratuitos. El escenario del nuevo período hace pensar que esta cifra aumentará. Pero, ¿a qué realidad estarían expuestos los escolares?

Las fallas parten desde lo indispensable para sembrar el conocimiento, como son los maestros, y pasan por una infraestructura precaria. A la situación se suma la falta de material didáctico, pupitres, luminarias, filtros e, incluso, de energía eléctrica.

El colegio Helímenas Áñez, del barrio Puerto Rico, en Maracaibo, aunque cuenta con las condiciones físicas adecuadas y 11 salones disponibles, no tiene suficiente personal para atender eficientemente un aumento de matrícula. “Hay una maestra por sala, más las coordinadoras; estamos medidos. El problema es que nos faltan escritorios, mesas y sillas. Las que tenemos, los representantes se las llevan, las arreglan y las devuelven pintadas, así resolvemos”, explicó una trabajadora.

Con los baños a “medio motor” (muchas veces inhabilitados) y sin filtros de agua, los 400 estudiantes de preescolar y básica, deben cumplir con su jornada escolar. “Las aulas que tenemos podrían servir para reabrir el turno de la tarde, que fue cerrado por falta de niños, pero si nos dotan del mobiliario que tanta falta nos hace”, afirmó una profesora.

La cantidad de padres que han llegado a preguntar los requisitos para inscribir a sus hijos en este colegio es “infinita”; la lista de espera, hasta el momento, es de 30 aspirantes.

Mientras que en la escuela Luis Arrieta Acosta, situada en Pomona, las carencias resultan aún más alarmantes. “Las paredes están deterioradas, tenemos muy pocos pupitres y están desgastados, no hay ventiladores, ni bombillos, ni lámparas. Encima, algunas zonas están sin energía eléctrica por el robo de cables. Por esto hay dos aulas clausuradas”, denunció un directivo.

Los estragos del hampa más “la falta de asignación de recursos” se conjugan para que los casi mil estudiantes que se forman en este centro aprendan en medio de la incomodidad y las sombras. De “hacinamiento” califica un docente la sobrepoblación de los salones que albergan hasta 40 estudiantes, muy por encima de su capacidad.

En este sentido, aseguró que las maestras de preescolar, primero y cuarto grado están de reposo posnatal, sin embargo, “el Ministerio de Educación no envió sus reemplazos”. Por tal razón, los alumnos de estas secciones fueron distribuidos entre los otros cursos; por ejemplo, los mayores ven sus clases mezclados con los de quinto y sexto. “Era la única manera que teníamos para garantizarles la educación, aunque las profesoras tuvieran doble trabajo”, argumentó.

Lo mismo sucede con las 10 secciones de bachillerato (de primero a tercer año), pues durante todo el período escolar no hubo educadores de castellano, sociales, educación física y memoria, territorio y ciudadanía. “Al final del año nos enviaron los reemplazos, pero se las llevaron por motivos políticos”.

“Por lo momentos, solo hay algunos cupos para preescolar, sala de 4 y primer año. De resto, no hay vacantes para ningún otro grado”, informó el directivo, quien también precisó que hay 70 estudiantes en espera.

Asimismo, en el liceo Coquivacoa, de Lago Azul, resulta “inaudito” superar la matrícula de 373 jóvenes con los que cuentan. Desde marzo hasta el cierre de este año escolar los delincuentes se robaron hasta la posibilidad de ver las clases con electricidad. Robaron cinco veces en los últimos dos meses: pupitres, sillas, mesas, bombillos, puertas, ventiladores, filtros y demás materiales se llevaron.

“Personal y salones sí hay. Tenemos 15 secciones habilitadas para cuarto y quinto año; hay 25 estudiantes en cada una, pese a que deberían ser más, pero es imposible por las condiciones”, declaró una profesora.

Desde el lado oficial, la autoridad única de Educación del Zulia, Neuro Ramírez, expuso a PANORAMA: “Aún no sabemos de cuánto será el movimiento hacia los colegios públicos, pero este año hemos recuperado grandes espacios dentro del sector educativo para poder satisfacer las exigencias de los zulianos. Hemos terminado un ciclo escolar en paz. Logramos el objetivo”.

También reveló que el ministro de Educación, Elías Jaua, aprobó esta semana recursos que serán destinados a la rehabilitación de algunos planteles de la entidad.

“Tenemos un lote de 34 escuelas por terminar, algunas están en reparación y otras en construcción (...) Entre este mes y agosto inauguraremos cinco: en Maracaibo, Hermágoras Chávez, en Bella Vista; el preescolar Dolores Vargas de Urdaneta, en el sector Santa María; Hermana Luisa Sandoval del Castillo y Multihogar El Potente, ambos en la parroquia San Isidro”.

Además, estrenarán los preescolares Colón, en el municipio Colón, y Mamá Rosa, en Lagunillas. Alrededor de 1.500 niños y jóvenes de todos los niveles de educación serán beneficiados con estas obras.

El profesor Ramírez cuestionó que todavía hay planteles que tienen matrículas muy bajas y que funcionan en un solo turno. “Podemos habilitar el turno de la tarde para poder ingresar a los niños que migrarán del sector privado”.

También reconoció la necesidad de mejorar la planta física y reponer los bienes hurtados de las instituciones.

Fuente: Panorama

LR

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