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Los cinco mandamientos del sexo anal: trucos para practicarlo (y disfrutarlo)

Según un estudio realizado por AlterNet en abril de 2014, un 10% de los españoles fantaseaba con mantener sexo anal. Fantaseaban, claro está, porque no lo tenían. Y la pregunta que viene a continuación parece obvia, pero no lo es. ¿Por qué no lo están practicando si tanto lo desean? La primera respuesta sería porque ya están lo suficientemente satisfechos con su vida sexual. No obstante, un estudio publicado por ​'Science Daily' posicionaba a España como el segundo país que más disfruta de sus relaciones sexuales, ya que el 90% de la población disfrutaba de cantidad y calidad respecto al sexo.

Los cinco mandamientos del sexo anal: trucos para practicarlo (y disfrutarlo)

Sin embargo, la segunda contestación a este enigma (mayor que el generado en torno al de la construcción de las pirámides) no es tan optimista ni agradable. Dos de los principales motivos por los que los que no practicamos sexo anal en territorio español es por desconocimiento y por miedo. Exacto. El sexo anal es percibido por la sociedad como algo oscuro, sucio y doloroso (parecido a hacerse la cera, vaya). Una percepción que choca de frente, por lo menos al otro lado del charco, con los pocos datos oficiales que se tienen respecto de esta práctica. Según la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Comportamiento realizada en Estados Unidos en 2012, el 45% de los hombres y las mujeres del país había mantenido sexo anal.

Un porcentaje que dejaba claro que el ser humano miente más que habla (por lo menos en temas de alcoba). De hecho, podríamos decir que el sexo anal es el ‘Sálvame’ de la sexualidad; casualmente nadie lo ve pero tiene unos buenísimos datos de audiencia. Sin embargo, a falta de estudios oficiales en nuestro país, bien es cierto que aquí nadie quiere hablar de sexo anal y mucho menos practicarlo (o eso afirman los españoles con las mejillas coloradas). “Hay poca educación sexual en España y menos todavía en lo que se refiere a la parte anal”, confesaba Lorena Berdún durante la promoción de su libro ‘Diccionario de sexo para todos’. Una verdad como la copa de un pino.

Y mientras los hombres están más dispuestos a practicar sexo anal (por el simple hecho de que ellos son los penetradores), las mujeres siguen mostrándose más reticentes por cuestiones como el dolor o el mítico “a mí eso no me cabe ahí”. Así pues, y como en el sexo todo es educación, os vamos a dar varios consejos (mujeres del mundo) para que os iniciéis (o disfrutéis todavía más si cabe) del sexo anal.

Hazlo con quien quieras tú

Cogemos prestada esta popular frase de uno de los temazos de Raffaella Carrà para el que debería ser el primer mandamiento del sexo anal. Jamás te inicies en él o lo practiques con alguien con quien no sientas que puedes decirle “para” sin que eso suponga una situación de tensión para ti. (Aunque no debería serlo de ninguna manera, pero ya sabemos cómo está el mundo estos días).

¿Algo básico y obvio? No tanto. Más que nada porque este punto está estrechamente relacionado con el siguiente.
Libera tu mente

El cerebro puede ser nuestro peor enemigo en la cama. Estar pensando en la lista de la compra o en el dolor que podamos llegar a sentir nos hace no estar en lo que debemos estar. De ahí que una de las cosas que más nos ayuden a relajarnos sea tener un compañero sexual con el que estemos a gusto.

Que no falte la lubricación

Un estudio realizado por el científico Aleksander Stulhofer, de la Universidad de Zagreb, en el que encuestó a más de 2.000 mujeres, desveló que tan solo el 52% había utilizado lubricante durante la penetración anal. Algo que, aunque es opcional, facilita (y mucho) esta práctica.

Los juguetes sexuales, nuestros mejores aliados

Los dilatadores anales (que no nasales), en todos sus tamaños, son la mejor manera de preparar el 'tema' para lo que va a ocurrir a continuación. Puede que no los uses de manera habitual en tus relaciones sexuales, pero si decides abrirte al garaje del amor no es mala idea que te hagas con alguno. Empieza por el más pequeño y poco a poco irás mejorando.
Siempre con protección

De nuevo, puede parecer obvio, pero no lo es. Además, el lubricante que impregna el preservativo puede ser de gran ayuda.

Y seguramente el mejor consejo de todos: hazlo solo porque quieras tú. Sin presiones y sin agobios. No hay nada peor que no querer hacer algo y forzarte a ello. En el sexo, como en la vida, mandas tú y solo tú.

Fuente: vanitatis / MF

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