Inmensos dragones con brillantes escamas de colores dorados, rojizos, azulados o blanquecinos serán uno de los mayores atractivos de los que dispondrá Buenos Aires durante los meses de máximo calor en una exposición que promete saciar el apetito por lo fantástico de los más exigentes.
La muestra "Dragonland", que abrió hoy sus puertas al público y no las cerrará hasta febrero, ofrece una serie de 27 dragones animatrónicos, ocho de ellos diseñados por el argentino Gustavo Cabral, más conocido como "Ciruelo" o "el señor de los dragones".
Los otros grandes reptiles han sido diseñados con base en la mitología proveniente de África, América, Europa y Asia.
"La gente cuando entre acá en la exhibición se va a encontrar con los dragones más importantes que diseñó Ciruelo", aseguró a Efe Lucas Capalbo, coordinador general de "Dragonland".
Miembro del equipo Ekamusic, coordinó el trabajo para llevar desde el papel a las tres dimensiones las creaciones de Ciruelo, además de las criaturas que eligieron de cada leyenda.
El resultado son dragones de cerca de tres metros de alto distribuidos en el centro de convenciones La Rural, que, rodeados por antorchas, mueven el cuello, la cola, las alas y pueden cerrar los ojos mientras emiten estruendosos rugidos.
Capalbo reconoció que el auge de series como "Juego de Tronos", en la que los dragones tienen un papel decisivo en algunas de las batallas generaron un mayor interés por ellos y sirvieron para darle más voz a esta exposición.
Además de las figuras, la muestra cuenta con una sala llena de trabajos petropícticos, piedras en las que Ciruelo dibujó basándose en la silueta natural de la roca.
Esta exposición ya fue expuesta en París, donde registró una gran cantidad de visitantes, por lo que traer las figuras hasta la capital porteña fue todo un desafío.
Precisamente, ser capaces de transportar a los dragones en contenedores por el mundo fue un factor muy importante a considerar mientras ideaban lo que sería esta exposición.
"Se trabaja mucho sobre la parte estética porque hay que cortarles el cuello, las piernas, las alas. Es un trabajo muy minucioso", aseguró Capalbo, que ya tiene experiencia en exhibiciones con dinosaurios animados.
El objetivo final de dos años y medio de trabajo es que los niños "aprendan entreteniéndose. Ese 'mix' logra que la familia en general se la pase bien", comentó.
Jerónimo de Carril, encargado del diseño y desarrollo de la exposición, también tenía experiencia en animar figuras gigantes y esta muestra le generó interés por otra razón.
"Lo que más me llamó la atención es que en la antigüedad en muchísimas culturas del mundo que nunca estuvieron conectadas entre sí, en todas, hay un ser mitológico que ocuparía el lugar del dragón", reconoció a Efe.
Desde que se abrieron las puertas el goteo de visitantes no paró y no faltaron los padres con niños, en un primer momento miedosos con estos colosos en movimiento.
"Es increíble. Nunca lo vi. Para mí es nuevo todo esto", asegura Alejandra Bosé, quien reconoce que le ha generado "ganas" de interesarse por el mundo de los seres alados.
EFE / LR
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