Las cifras suministradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en torno al avance de la obesidad infantil en el mundo son alarmantes: se calcula que un 33% de los niños y adolescentes entre los dos y los diecisiete años sufre sobrepeso u obesidad, una enfermedad que ha sido asociada a una larga lista de patologías de considerable seriedad, algunas potencialmente mortales, que disminuyen la calidad de vida y aumentan significativamente las probabilidades de discapacidad y muerte prematuras al llegar a la edad adulta. La presente información es compartida con fines de divulgación preventiva por la Fundación Torres-Picón.
Esta situación convierte a la obesidad infantil en uno de los problemas de salud pública más graves del presente siglo a escala global, razón por la cual científicos, profesionales de la salud e instituciones alrededor del planeta han venido dedicando sus mejores esfuerzos a la búsqueda de una solución que permita enfrentarla en forma eficiente y definitiva.
Dentro de estos esfuerzos se inscribe el trabajo que realiza un equipo de investigadores vascos, cuyo objetivo es comprender las bases moleculares que determinan la aparición de la obesidad infantil, a fin de diseñar terapias nutricionales en forma personalizada para enfrentar cada caso en forma efectiva.
Esta investigación se lleva a cabo como parte del proyecto EMOI, el cual está basado en un estudio clínico observacional desarrollado en niños y adolescentes de entre seis y dieciséis años; el proyecto es llevado a cabo gracias a la ayuda financiera de Elkartek 2017 del Gobierno Vasco y en él participan el grupo de Nutrición y Obesidad de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), el Centro Tecnológico AZTI, la Fundación Biofísica Bizkaia y el Instituto de Investigación Sanitaria BioCruces.
La investigación que adelante el proyecto EMOI se orienta primordialmente al análisis de los lípidos de la membrana celular, que es la cubierta exterior de la célula y es la que mantiene el equilibrio entre el citoplasma celular y el exterior de la célula, así como en el estudio de la microbiota o flora intestinal, la cual es un elemento independiente de influencia determinante en el desarrollo de la obesidad asociada con la alimentación; asimismo se realizarán estudios relacionados con el papel que juega el factor saciedad en cuanto al control de la relación entre el consumo de alimentos y el requerimiento energético del organismo.
A partir de los resultados que arroje esta investigación, se pretende iniciar el desarrollo de nuevos alimentos y suplementos nutricionales que permitan atacar el problema de la obesidad desde la raíz, así como la creación de nuevos análisis clínicos mínimamente invasivos que permitan dar diagnósticos personalizados.
Estos análisis contribuirían, asimismo, a mantener un control y seguimiento poblacional que facilitaría la prevención, diagnóstico y control de la obesidad, así como de otros padecimientos metabólicos.
Paralelamente, los hallazgos alcanzados serían de gran interés para las empresas biotecnológicas y farmacéuticas con la finalidad de desarrollar nuevos productos, como por ejemplo la creación de kits de diagnóstico.
Pedro J. Torres, presidente y vocero de la Fundación Torres-Picón, al compartir esta nota informativa explicó que, corresponde a los profesionales de la salud, y en especial a los médicos, determinar cuál debe ser la respuesta de tratamiento ante cada caso, e invitó a tomar en cuenta los avances y advertencias de la comunidad científica.
La Fundación Torres-Picón está dedicada a la prevención de la obesidad y el sobrepeso infantil, así como a la promoción de la educación, las artes y la cultura como medios idóneos para la superación personal de los jóvenes y el desarrollo social; viene cumpliendo una valiosa actividad divulgativa en apoyo a los llamados y alertas realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
GF/EDC
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