En “El Tanque” viven llenos de problemas y los arrastran desde hace años. Los gobiernos cambian y cada vez que pasa se llevan engavetadas las solicitudes de la comunidad.
Han transcurrido más de tres décadas desde que “El Tanque” se fundó y en lugar de cambiar la realidad de sus inicios, un aproximado de 132 conviven sin servicios básicos.
El sector se ubica en la entrada del municipio Piar, en una de las siete colinas de la Villa del Yocoima.
Los vecinos están cansados del poco accionar de los antes públicos, quienes se muestran indiferentes ante sus dificultades.
De acuerdo con lo señalado por los afectados, las peticiones ante la alcaldía y gobernación “son infinitas”, pero ninguna recibe respuesta.
“Como siempre sucede, la preocupación es que con el cambio a una nueva alcaldesa, aquellos trámites queden en pura burocracia”, expresa José Hernández.
Viven sin agua
Que tenga 30 años de existencia no quiere decir que esté completamente desarrollado. Por el contrario, al sector le faltan recursos tan básicos como el agua.
José Ascanio cuenta que el agua potable desapareció del sector El Tanque desde hace meses.
“La falla siempre ha existido. La comunidad se organiza y pide soluciones, pero la gente de Hidrobolívar no los escucha. En época de lluvias se almacena algo mediante sistema de canales. Esperamos que el nuevo Gobierno municipal nos tome en cuenta”, demanda Ascanio.
Los vecinos se ven obligados a comprar el agua a los propietarios de camiones cisternas, desembolso que hacen tres veces por semana.
“Es mucha plata y no todas las familias contamos con los recursos suficientes para cancelar el servicio que no es público, es todo un lujo”, lamenta Ascanio.
Mercy De Lisboa expresa su molestia por la pésima situación en que se encuentran en la comunidad.
“Sí hemos trabajado por lograr mayores beneficios, pero los proyectos introducidos en instancias del Gobierno quedan guardados en los despachos. La burocracia puede más que la voluntad de trabajar”, reprocha.
Calles de tierra y piedra
Las vías de comunicación son un verdadero tormento para quienes habitan en el sector, pues es casi imposible transitar en vehículo.
Es todo un reto para los vecinos andar por la vía en época de aguaceros.
Además, “la polvoreda que se produce en las calles cuando pasa un vehículo o cuando sopla mucha brisa, es una amenaza para la salud de los habitantes”, indica la vecina.
De Lisboa enfatiza que en el 2012 fue aprobado el proyecto para el asfaltado del sector, a través del Consejo Federal de Gobierno (CFG).
“Lo que llama la atención es que en investigaciones efectuadas por los habitantes de la comunidad, en dicha institución aparece el proyecto como culminado con una cantidad de asfalto de 1300 toneladas. Eso es falso”, dice.
A su juicio, algún representante de la empresa encargada en ejecutar la obra desvió los recursos.
El rpoblema se hizo público a través de denuncias formuladas ante varias instituciones, pero las respuestas continúan detenidas.
Lo que sí tienen claro las familias de la comunidad, es que jamás llegó el plan de asfaltado.
Sin red de aguas negras
Víctor Fuenmayor, refiere que no hay red de aguas servidas.
Durante su gestión el exalcalde José Gregorio Martínez visitó el sector y se comprometió a resolver el problema, donando tuberías para que contarán con el servicio.
Hasta la fecha los habitantes se han beneficiado de sépticos y consideran que viven en total marginación al no tener en las viviendas la red de aguas servidas.
El alumbrado público fue un proyecto ejecutado en la gestión de Francisco Contreras, logro alcanzado a través de la lucha de los habitantes del sector; pero en la actualidad el servicio es deficiente.
Una gran parte de los postes no posee lámparas porque se han dañado y Corpoelec no las sustituye; el 80 % del sector permanece en total oscuridad.
Como “El Tanque” se encuentran la mayoría de las comunidades de Piar.
Los lugareños acotan que recibieron la Navidad y Año Nuevo sin una sola bombilla.
La gente añade que llevan cuatro años sin saber lo que es el aseo urbano; la proliferación de moscas y gusanos pone en riesgo la salud de la población, principalmente de los niños y personas de la tercera edad.
Proyectos paralizados
En medio de una humilde vivienda construida con restos de láminas de zinc, cartón y madera habita Olivia Vivas, acompañada de otra familia.
Vivas cuenta que las solicitudes pertinentes se hicieron mediante la Gran Misión Vivienda Venezuela y que aproximadamente 32 familias no cuentan con un techo propio.
Belkis Soto tiene cuatro hijos menores de edad y habita la misma casa que Olivia.
“Es incómodo no contar con una vivienda propia. A pesar de que el Gobierno ha construido muchos urbanismos, en El Tanque todavía esperamos que llegue ‘la revolución’”, cierra.
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De Regiones – Primicia
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