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Hábitos de higiene íntima que no son tan buenos como parecen

Aunque parezca una práctica higiénica, eliminar el vello de la zona púbica puede favorecer la aparición de infecciones de distintos tipos, ya que este actúa como barrera

Hábitos de higiene íntima que no son tan buenos como parecen

La mayoría de las mujeres son muy cuidadosas en lo que tiene que ver con su higiene íntima. El temor a sufrir infecciones y malos olores hace que muchas le presten atención especial a esta zona de su cuerpo.

No obstante, en el afán por eliminar cualquier fluido u olor, muchas acaban adoptando malos hábitos que pueden perjudicar la salud de la vagina.

El problema es que la zona es muy sensible y su pH se puede alterar por el uso de productos químicos, ropa interior inapropiada y otra variedad de factores que se pasan por alto.

Por esta razón, aunque algunas prácticas parecen saludables, es importante conocer cuáles de ellas pueden ser perjudiciales y cómo evitarlas.

1. Exceso de duchas vaginales

Las duchas vaginales parecen una forma eficaz de eliminar bacterias y malos olores concentrados en la zona íntima. Sin embargo, lejos de ser beneficiosas, pueden producir alteraciones que propician la aparición de infecciones.

Las duchas internas producen un desequilibrio en la actividad de las bacterias saludables de la vagina, lo cual disminuye su capacidad de protección contra los agentes patógenos.

¿Qué hacer al respecto?

En lugar de hacer este tipo de lavados, lo ideal es lavar las partes externas con un jabón suave y agua.

2. Utilizar protectores íntimos

La industria de productos para la higiene íntima se ha encargado de convencer a sus consumidoras sobre la necesidad de utilizar protectores y productos similares para evitar incomodidad por los fluidos y olores.

Lo cierto es que su uso diario puede ser contraproducente, puesto que sofocan la zona y aumentan las posibilidades de comezón, irritación y otros molestos síntomas.

¿Qué hacer al respecto?

Lo ideal es limitar al máximo el uso de estos elementos. Por ejemplo, se pueden usar antes y después del período.

Para que la zona permanezca fresca, lo mejor es optar por usar ropa interior transpirable de tejidos de algodón.

3. Aplicar perfumes o polvos de talco

Una de las malas costumbres que han trascendido con el paso de los años es la aplicación de perfumes, polvos de talco y otros productos de higiene íntima que irritan la zona.

Aunque durante mucho tiempo se pensó que eran métodos efectivos para evitar exceso de flujo y olores, hoy se sabe que pueden causar efectos indeseados al causar descontroles en el pH.

Su uso frecuente produce irritación en las partes externas de la vagina y, muchas veces, incide en la aparición de infecciones por levaduras y bacterias.

¿Qué hacer al respecto?

No hay por qué sentir vergüenza: la vagina tiene un olor particular que no se debe neutralizar.

Si el olor es demasiado fuerte, es importante consultar al médico para determinar si hay una infección.

4. Frotar bruscamente la zona

¡Cuidado! La piel que recubre la zona vaginal es más sensible y requiere un trato especial. Algunas exageran cuando la están aseando y la frotan de forma brusca.

En este proceso se pueden producir pequeñas heridas que se transforman en la puerta para la entrada de agentes infecciosos.

¿Qué hacer al respecto?

Aplica el jabón con cuidado y frota suavemente con los dedos o la palma de la mano.

5. Eliminar el vello púbico

En la actualidad es común que las mujeres piensen que la depilación total del vello púbico es sinónimo de buena higiene íntima. Lo cierto es que, aunque se le ha dado esta etiqueta, es una idea errónea.

El vello de esta parte del cuerpo cumple una función especial: se encargan de proteger la vagina contra las bacterias, levaduras y virus que pueden causar infecciones.

Además, muchos métodos depilatorios son agresivos y producen irritación y lesiones en la piel. Esto, sin duda, también puede producir algunas complicaciones.

¿Qué hacer al respecto?

Elegir un método de depilación poco invasivo. Las cremas depilatorias y los productos depilatorios naturales son una buena opción.
Tratar de dejar un poco de vello para no dejar la zona desprotegida.
En caso de utilizar cuchillas de afeitar, desecharlas tras cada uso.

Aunque sabemos que tu intención es mantener limpia tu zona vaginal, es mejor que procures corregir estos errores para no causarle descontroles a su pH natural.

Fuente: Mejor con salud

RA

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