JULIO ALEXANDER MOYA
@JULIOMOYA6
Foto: Archivo NPG
CIUDAD GUAYANA.- Aproximadamente a las 7:30 minutos de la noche de este jueves quedó asentado en el libro de novedades del hospital Uyapar, en Puerto Ordaz, el fallecimiento de un hombre tras ser atacado en reiteradas oportunidades con un objeto punzocortante.
De acuerdo con la información colectada en el sitio del suceso, Antonio Herrada, de 50 años de edad, se despidió de su esposa como a eso de las 2:00 de la tarde de este jueves con el objetivo de seguir trabajando como taxista, sin pensar que, horas más tarde, la llamarían para informarle que lo habían asesinado.
La versión en torno al caso indica que cuando el hombre se disponía a regresar a su vivienda como a eso de las 7:00 de la noche, en el trayecto dos hombres y una mujer que permanecían en la avenida principal del Club Caronoco del Campo C de Ferrominera Orinoco (FMO), le hicieron señas para que redujera la velocidad y solicitarle sus servicios de traslado hasta el sector Villa Jade.
Cuando le faltaban pocos metros para llegar a la comunidad, uno de los tipos sacó un objeto filoso (cuchillo) y, sin mediar palabras, se lo colocó a la altura del cuello para exigirle bajo amenaza de muerte la entrega de su vehículo marca Nissan, modelo Sentra, color blanco, placa FBU34M, sin embargo, se negó.
Dicen que esta mala decisión hizo que el hampón se molestara y empezaran a forcejear con Herrada, pero en vista de que no podía con él, no le quedó de otra que ocasionarle la primera herida en el estómago.
Vecinos de la zona que prefirieron resguardar su identidad relataron que el infortunado pedía auxilio, no obstante, no se atrevían a salir por temor a posibles represalias.
Cuando les solicitaron ayuda a los funcionarios del Centro de Coordinación Policial (CCP) Alto de Caroní, tras su llegada ya los verdugos le habían ocasionado 8 perforaciones más que lo dejaron agonizando en el interior de la unidad.
Una vez que se sintieron en resguardo, un grupo de personas lo cargó y montó en la parte trasera de un camión para trasladarlo hasta al hospital, donde pese a los esfuerzos de los galenos de guardia por tratar de salvaguardarle su integridad física, su estado de salud se complicó.
“Se enteró porque la llamaron”
La esposa del occiso se enteró del atentado porque una mujer le revisó el bolsillo a la víctima y le quitó el teléfono para contactar a algún consanguíneo. Lo único que le dijo fue: “Buenas noches señora, si usted es familiar de un señor que manejaba un carro blanco, por favor, vengase al hospital Uyapar porque lo apuñalaron”.
Pese a que su concubina llegó -a los pocos minutos- con la esperanza de que el daño que recibió no fuera tan grave, tras salir parte del equipo médico de la sala donde era intervenido quirúrgicamente, le confirmó que había fallecido producto de un paro respiratorio por la pérdida excesiva de sangre.
Testigos afirman que la mujer lo que hizo fue llorar de la desesperación y culparse por qué lo había dejado ir a trabajar cuando no tenía necesidad, ya que en la nevera había productos básicos de primera necesidad para sustentar la semana.
Una vez confirmado su deceso, sabuesos del Eje Contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), subdelegación Ciudad Guayana, realizaron el retiro del cadáver y colectó las evidencias halladas en la escena del crimen entre las que se encontraban la confiscación del vehículo y el arma homicida que fue hallada debajo del cojín.
Víctima del hampa
Una allegada a la familia confirmó que Herrada en otras oportunidad había sido víctima del hampa, sin embargo, el daño no había pasado a mayores. Supuestamente, siempre acostumbraba a persignarse antes de salir de su hogar y aferrarse a una cruz de madera como señal de protección.
Explicó que la posible causa de su deceso fue colocar resistencia, porque él siempre decía que el día de que lo fuesen a robar no entregaría su patrimonio (carro), debido era el único medio que le permitía generar ingresos económicos. “Uno no sabe cuándo van a pasar las cosas… A lo mejor él pensó que no lo asesinarían, pero la realidad fue otra, porque le quitaron la vida a un hombre ejemplar”.
Jubilado de Sidor
Pese a su corta edad, desde hace 10 años era jubilado de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), tras ser decretado como incapacitado. En vista de que el dinero mensual que le depositaban no le alcanzaba, optaba por hacer carreritas.
Familiares agradecieron la solidaridad de los habitantes del sector Villa Jade, quienes le prestaron todo el apoyo, con el objetivo de salvarle la vida a Herrada. En vida no tuvo hijos y residía junto con su compañera sentimental en el sector Villa Asia, en Puerto Ordaz.
CIFRAS
1 Persona fallecida
3 Involucrados
0 Detenidos
2 Cuerpos de seguridad actuante
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