Por Isaías A. Márquez Díaz.-
Ante la crisis socioeconómica y sociopolítica sin precedente alguno en nuestra vida institucional, el señor Nicolás Maduro convoca a una asamblea constituyente, a realizarse en las condiciones que él determine. O, “constituyente comunal”, a objeto de anular a la Asamblea Nacional actual, electa constitucionalmente por el pueblo, cuyas actividades se han convertido en lastre para los planes de su gobierno, sin futuro ni perspectiva alguna. Se eligirá a unos 500 constituyentes, de entre las bases sociales, la mitad; el resto, provenientes de los municipios. Vale decir, “una constituyente del proletariado”, al estilo Gran Revolución Bolchevique, que liderase Lenin, triunfante el 7/11/1917 o “Revolución de Octubre”, conforme al antiguo calendario judío.
El mismo régimen que ha anulado a los sindicatos para sustituirlos por gente designada a su criterio, ahora ofrece al país una “constituyente obrera” (¿?); pero, obviamente, de personas dispuestas a votar como ordene Maduro.
El régimen que ha conducido a la clase obrera a la miseria, mediante la eliminación de puestos de trabajo, llevando a la gente humilde a depender de las cajas de comida que reparten los CLAP, además de obligar a los empleados públicos a participar en las marchas y lisonjearles, ahora les ofrece el poder a fin de elaborar otra constitución, después de que la de 1999 fuese evaluada como la “mejor del mundo” por el presidente extinto, “comandante eterno”, fundamental para las generaciones futuras.
La convocatoria aunque fundamentada en el Art 348 CRBV, pareciera inoficiosa, pues esta “tierra de gracia”, tal y como la denominase Colón al arribar por Macuro, requiere, planes de producción y acciones concretas que permitan salir del marasmo que hoy nos flagela.
isaimar@gmail.com
Comentarios: