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Prácticas buenas para la salud del rostro

Además de desmaquillar y eliminar las impurezas del rostro todas las noches también es fundamental la hidratación, tanto interna como externa, para lucir un cutis sano y radiante

Prácticas buenas para la salud del rostro

El rostro es una de las zonas más delicadas del cuerpo, no solo por la exposición ante toxinas y otro tipo de impurezas, sino por la delgadez de los tejidos cutáneos.

Así pues, se le deben prestar diferentes cuidados.

La salud no es el único factor importante relativo al rostro. Con respecto a este, la estética se torna bastante relevante. En pocas palabras, lo ideal es mantener un equilibrio entre ambos aspectos.

Para mantener en buenas condiciones la piel de la cara se necesitan una serie de prácticas, sumadas a la disciplina y el conocimiento. Aunque estas palabras se leen un poco complejas, no es nada para preocuparse sobremanera.

Con disciplina se hace referencia a ser perseverantes, es decir, generar un hábito saludable. Frente al conocimiento, el objetivo es no ignorar los beneficios y los puntos negativos de cada práctica.

En ese orden de ideas expondremos una serie de ejercicios útiles y fáciles de incluir en la rutina para proteger el rostro.

1. Ingerir agua

Dentro de los hábitos y estilos de vida saludables, sobresale el consumo de agua. Este es uno de los más recomendados con el fin de mantener los índices de hidratación dentro de lo normal.

Con respecto a la protección del rostro, ingerir agua desempeña un papel fundamental, dado que su función antioxidante se encarga de liberar el tejido cutáneo de impurezas y cualquier tipo de toxinas.

Sumado a lo anterior, la hidratación brinda una gran imagen a la piel en general. Al consumir, por lo menos, 8 vasos de agua al día lograremos un extra de brillo, suavidad y vitalidad.

Dentro de los hábitos y estilos de vida saludables, sobresale el consumo de agua. Este es uno de los más recomendados con el fin de mantener los índices de hidratación dentro de lo normal.

Con respecto a la protección del rostro, ingerir agua desempeña un papel fundamental, dado que su función antioxidante se encarga de liberar el tejido cutáneo de impurezas y cualquier tipo de toxinas.

Sumado a lo anterior, la hidratación brinda una gran imagen a la piel en general. Al consumir, por lo menos, 8 vasos de agua al día lograremos un extra de brillo, suavidad y vitalidad.

2. Evitar el maquillaje para dormir

Existen errores que se convierten, poco a poco, en hábitos nocivos para la salud del organismo. Uno de ellos es el uso indebido del maquillaje.

Lo anterior hace referencia a tiempos innecesarios para el uso de cosméticos. El ejemplo más claro es el de irse a dormir sin desmaquillarse.

La piel aprovecha el periodo nocturno para repararse a sí misma. Además, la respiración celular se incrementa de manera considerable.

De esta forma, no retirar el maquillaje del rostro causa infecciones u otro tipo de problemas.

En términos generales, las partículas de los productos cosméticos tienden a alojarse en los poros, y pueden llegar a ocasionar, en la mayoría de los casos, acné y otras imperfecciones.

3. Emplear protección solar

Los rayos ultravioleta (UV) provenientes del sol afectan la piel, siempre y cuando la exposición ante el mismo se dé por tiempo prolongado.

Los productos de protección solar están recomendados con el fin de proteger el rostro, para evitar así el daño excesivo del sol. Así pues, esta debe ser una práctica regular dentro de los rituales de belleza.

Si se utiliza el protector de manera regular y adecuada, la probabilidad de padecer manchas, quemaduras, arrugas e incluso cáncer disminuyen considerablemente.

4. Mejorar la alimentación

Así como beber agua, alimentarse sanamente es uno de las prácticas fundamentales en cuanto a los hábitos y estilos de vida saludables.

Ingerir productos sanos y balanceados aporta a la conservación de diversos órganos, así como de la piel.

La mejor opción para proteger la piel del rostro son las frutas y las verduras. Estas deben ser siempre la base de una dieta equilibrada.

Este tipo de alimentos aportan componentes antioxidantes e hidratantes, los cuales favorecen al tejido cutáneo.
También debemos evitar el consumo de alimentos sintéticos, embutidos y bebidas gaseosas.

En la medida de lo posible, deberemos hacer un mínimo de 4 ingestas principales al día.

5. Descansar adecuadamente

Los periodos de descanso son muy importantes para la salud del organismo. Mientras se lleva a cabo las células se encargan de regenerarse y eliminar elementos extraños.

Sin embargo, el periodo de descanso más adecuado se da en horas de la noche. Cuando la persona está durmiendo descansa y mejora aspectos celulares, como la piel.

El descanso no es únicamente una práctica saludable, sino que genera placer. Por lo tanto, es una manera muy cómoda de ayudar al tejido cutáneo.

Durante esta el rostro se deshace de sustancias tóxicas y extrañas y, a su vez, renueva los tejidos y mejora el aspecto del mismo.

El objetivo primordial se centra en descansar, por lo menos, 8 horas en la noche. Si este se cumple, el día posterior puede significar un semblante diferente.

Fuente: mejorconsalud / MF

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