Publicidad
Publicidad

Pedro Durán: Yo Robot*

Pedro Durán parece  un individuo común y corriente. Sin muchos brillos en su personalidad. Se percibe sí que trata de ser buena persona. Se  esfuerza.

En sus ojos hay un brillo particular. Una fuerza ambivalente. Parece ser una persona dócil pero no es cierto. También da la impresión de que la puedes engañar pero tampoco eso es cierto.

Hablar con él es como mirar la película Yo Robot donde Will Smith es un policía que combate a las máquinas con inteligencia artificial hasta que se da cuenta que él también es mitad máquina.

Una mañana las paredes de la ciudad amanecieron con pintas que decían: Pedro Durán es el cambio.

Todo el mundo comenzó a buscar quién era ese Pedro Durán. Las calles de los barrios y sectores populares de San Félix y de Puerto Ordaz comenzaron a ser recorridas por Pedro, quien junto a su familia, pues su comando lo integran ellos y los amigos de ellos, empezó a llevar una esperanza.

A Pedro le gusta la labor social. Le gusta ayudar a los otros. Fue criado por una mujer trabajadora, quien se esforzó porque su muchacho estudiara, fuera un hombre de bien.

Pedro quiere mucho a su familia por eso se hace el loco con algunas de las cosas. Se hace el desentendido pero sus ojos tienen ese brillo que revela que no te dirá nada pero se dio cuenta.

Ha sido un parto su candidatura. No tenía experiencia política y sobre la marcha la adquirió. No tenía partido político y logró que Proyecto Guayana lo respaldara.

Puso el dinero de su propio peculio y por supuesto la envidia mata  más que las balas y  no ha faltado el que ha querido decir que a él lo financia el gobierno.

Cuando se le pregunta, se ríe y muestra los dientes completicos y agrega: Si claro, no salgan de mi bolsillo a ver cómo hago la campaña, contesta.

Ahora bien, ¿Por qué una persona normal, con una vida normal, sin formación política, se postula para la gobernación del estado Bolívar?

¿Por qué lo hace si no lo necesita para mejorar su condición económica?

Pedro Durán en Unare

Pedro Durán es un  hombre próspero. Es economista, con postgrado en Venezuela. Trabajó en la Contraloría General de la República; fue auditor en Sudeban; trabajó en CVG y en la extinta Edelca.

Luego se dedicó a la actividad privada. Fue socio en una empresa que le vendía los tubos de escape a una compañía fabricante de vehículos en el país.

Ahora es un importante empresario de la construcción con obras en toda Venezuela y América Latina.

Es decir, es alguien pilas porque trabajar con el sector construcción no es “papita.” Son gente de temer.

¿Por qué entonces ser candidato, la política? Su tío, Hugo Maestre, asegura que él trató de hacerlo desistir de esa idea porque conoce que es un camino lleno de espinas, “pero Pedro insistió. Opté por acompañarlo,” agrega.

Y así ha sido. Pedro Durán ha girado por todo el estado Bolívar. Ha descubierto que él creía que sabía cosas. Eran eso, simples creencias porque la realidad supera la ficción como dice TNT.

Pedro ha abrazado a los indígenas de la vía a Los Pijiguaos. Los ha visto vender frutas y los ha escuchado contar sus tristezas.

Pedro Durán lunes

Ha estado en el sur, en la zona minera. Ha visto como esos pueblos están congelados en el tiempo y en el atraso. A pesar de que el hombre ya tiene sondas hasta en Pluton.

Ha conocido la amabilidad y la inocencia del guayanés. Hasta ha entendido al espíritu de Canaima, ese del que habló Rómulo Gallegos. Esa fuerza telúrica indígena que revela la esencia del guayanés.

Ha visto cómo después de 17 años las vías del estado Bolívar están igualitas: Destruidas, abandonadas como si no hubiera habido en el país un gobierno con el mayor ingreso petrolero de toda su historia.

Ha visto a los enfermos de paludismo, de dengue, de hambre. Ha visto hambre, al lado de unas tierras fértiles que antes eran sembradíos de maíz e inmensos potreros de ganado.

En eso se ha convertido el estado Bolívar, en miseria, dice Pedro Durán, quien jamás ha levantado la voz a lo largo de esta campaña. ¿Qué si ha sido sacudido por lo que ha visto? lo disimula bien. Sólo se nota en el brillo de sus ojos y eso si uno es muy observador.

Pedro Durán ha hecho un inmenso esfuerzo. Se retiró de sus empresas para dedicarse a tiempo completo a la campaña. No es agresivo en el discurso. No quiere construir un liderazgo como han hecho otros: Sobre los cadáveres de sus adversarios.

Es si se quiere ingenuo en ese particular; no tonto, ojo, son cosas distintas. Él cree que la gente es buena. Todavía.

A veces le entra una especie de tristeza y lo acosan las preguntas normales: ¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Ganaré? ¿Perderé?

Cuando eso pasa, Pedro le dice a su tío: Aumenta las caminatas. Quiero hablar con más gente. El tío llama entonces a su ejército y organiza una nueva cruzada.

Así Pedro escapa de las dudas. Él quiere llegar hasta el final. Quiere ver quien gana esta cruzada: Él o Canaima. / Carmen Carrillo

*Dedicado a los cinéfilos

 




De Política

***Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones, siguenos por Telegram, ingresa al link https://t.me/UpataDigital y dale click a +Unirme

Síguenos en: -Click Aquí-> Instagram

Síguenos en: -Click Aquí-> Facebook

Síguenos en: -Click Aquí-> Twitter

Síguenos en: -Click Aquí-> Grupo de WhatsApp

Facebook Diario Upata Digital Publicidad