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Alertan que más del 50 % de los niños de zonas populares están trabajando

Comenzando el año 2017 se han registrado más que en otros años el número de niños trabajando como vendedores ambulantes, ya sea vendiendo las famosas “tetas de café, azúcar, leche,” que son parte de los productos básicos que escasean en el país.

Alertan que más del 50 % de los niños de zonas populares están trabajando

También se pueden ver esos vendedores que se montan en las unidades de transporte público ofreciendo cualquier cantidad de productos para ganarse la vida, la mayoría por falta de trabajo.

Antonio Gómez es uno de ellos, un niño de tan solo diez años que como muchos otros ha dejado de estudiar para trabajar y así ayudar con el sustento de su hogar. Desde principios de este año comenzó a ejercer este oficio montándose en los autobuses de la linea Los Teques- San Antonio vendiendo diferentes productos como: chucherías, helados, lápices.

Desde la mañana hasta horas de la tarde recorre las calles de la capital mirandina para comprar su comida del día y lo que llevara a su casa al fin de la jornada, dejó de ir al colegio porque no le daba tiempo para trabajar “es duro trabajar en las calles a veces nadie te compra y te queda mercancía”, también asegura que como es un niño hay personas que le da una colaboración sin comprar el producto porque sienten lastima.

Así es como un niño mirandino desde pequeño tiene que trabajar para sobrevivir esta crisis por la que está pasando el país, asegura que si por él fuera seguiría estudiando pero primero esta su familia y con lo que vende puede comprar algo, porque tampoco el dinero que gana alcanza para mucho.

Según Consejo de Protección de niño, niña y adolecente, hay muchos niños que han dejado la escuela para ir a trabajar, representantes acuden con su menor para solicitar los requisitos para que sea “legal” que pueda trabajar.

Para ello deben consignar la copia de la cedula de identidad del adolescente y el padre, constancia de estudio, certificado de salud del adolescente, fotos carnet, carta de residencia y una carta de postulación en donde el joven trabajaría.

Se estima que más del 50 % de los niños que actualmente habitan los altos Mirandinos se encuentren trabajando, así como hay niños que tienen estos permisos otros no los tienen si no que trabajan por voluntad propia vendiendo en distintas unidades de transporte público o en el Metro, los que trabajan en súper mercados tienen que tener el permiso de trabajo ya que sin eso no pueden trabajar, esto lleva a que en escuelas baje la matrícula de estudiantes o se retiren porque no les da tiempo de ir a trabajar.

Miguel Hernández es un niño de tan solo 15 años que empezó a trabajar desde los 13 como colector de un autobús de la línea los Teques- San Antonio, ya que su familia es numerosa y de bajos recursos. “Prefiero trabajar para ayudar a mi familia que convertirme en una carga más para ellos” afirmó el joven; trabaja diariamente en esta linea para así ayudar a su familia con el sustento de su hogar ya que tiene hermanos menores y con lo que el lleva pueden comprar algo más para comer, aunque personas de la tercera edad o estudiantes no pagan completo esto les afecta para su sustento.

La Federación Venezolana de Maestros (FVM) ha mostrado su preocupación por el tema, a esto le suma el deterioro de más del 90 % de los planteles educativos, haciendo así complicado que los niños puedan tener sus clases con normalidad.

A pesar de que en Venezuela la mayoría de las escuelas son Bolivarianas, es decir donde se debería beneficiar a los estudiantes dándoles el desayuno, almuerzo y la merienda, no es común que esto suceda, ya que las escuelas no están siendo dotadas de alimentos suficientes debido a la situación en la que se encuentra el país.

“Es responsabilidad de los padres que los niños dejen de estudiar por trabajar” exclamó la profesora Yeinnis Cerbellón. No existe ninguna circunstancia valida que justifique esto, pues los niños deben quemar las etapas acordes a su edad.

“A la institución han llegado padres diciendo que no pueden llevar a sus hijos por falta de uniformes y peor aún, porque no tienen para mandarle desayuno”, explicó la profesora Maribel Alvarez. Por esta razón la matricula del año 2017 ha disminuido con respecto a los otros años.

A todo lo nombrado anteriormente se le suman muchos más problemas; como lo es el alto costo de los pasajes de trasporte público, los precios tan elevados de los uniformes y útiles escolares, y muchas otras cosas que llevan a los niños a salir a la calle a conseguir un trabajo para colaborar con dinero en sus respectivos hogares.

Fuente: Diario La Región

LR

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