Todos los días en esta ciudad aparecen cadáveres. Se ha hecho algo tan normal que nadie se asombra. Eso indica que como sociedad estamos enfermos.
Hace dos días el cuerpo sin vida de un hombre que vestía franela verde, bermudas negras y estaba descalzo fue localizado por la avenida Caracas por el retorno que da desde la redoma La Piña hacia la avenida de Los Trabajadores.
Esa zona, por lo visto, se ha convertido en área de desalojo de cuerpos lo que indica que los delincuentes y hampones saben que no hay vigilancia policial y mucho menos luz.
Hace casi un mes, por allí mismo fue localizado el cuerpo sin vida del joven José Arreaza, quien murió en el apartamento de un conocido o por lo menos amigo de él puesto que Lisandro Di Lucas y Arreaza vivían en Santa Elena de Uairén y es difícil que no se hubiesen encontrado alguna vez.
El cuerpo del desconocido ya estaba descompuesto. O sea, tenía como mínimo más de 12 horas allí.
El del joven José Arreaza también. Por cierto, en este caso, hubo quienes vieron a personas desde la camioneta del que disparó dejando un bulto allí y aunque avisaron, los pesquisas del Cicpc, no llegaron tan rápido. Estuvo allí por lo menos 12 horas.
Eso hace la situación aún más difícil porque no hay luz, no hay vigilancia y tardan para atender las denuncias de este tipo.
Ayer un niño de 10 años fue asesinado de un tiro en la frente. Estaba frente a la puerta de su casa, en la calle Menca de Leoni, barrio José Gregorio Monagas, mejor conocido como Barrio El Tubo, de San Félix.
Este barrio también es usado por funcionarios de los cuerpos de seguridad para resolver “enfrentamientos” y ojo no defiendo a los malandros pero es normal que en el Barrio El Tubo siempre ocurren enfrentamientos y eso no es normal. No puede serlo que siempre hay enfrentamientos. Así ayer murió ese pequeño y nadie vio nada. Por Dios¡!
También ayer en la mañana recuperaron tres cuerpos en la invasión de 25 de marzo. Los amarraron, les pusieron una bolsa en la cabeza y los mataron a golpes. Dos presuntamente eran hermanos, uno se llamaba Cristian. Días antes los habían amenazado por problemas de arma pero como no tenían usaron sus manos para matar a estos jóvenes.
En Ciudad Bolívar encontraron el cadáver de un ciudadano dentro de su vehículo Ford Fiesta, color verde, placas AA294FJ. Lo tirotearon. Respondía en vida al nombre de David Martínez Boanerges (53) y ocurrió en la calle La Gallera sector Vista Alegre. Al parecer era taxista y lo encontraron los vecinos del sector. No tenía dinero con él pero ese detalle es mínimo porque quien llegó primero pudo haberse robado el dinero. Ustedes saben, hemos perdido hasta el respeto por los muertos y eso no es culpa del gobierno. Somos nosotros, los que hemos ido quedando sin límites. Allí si hay responsabilidad del gobierno por la falta de justicia y de resolver los casos para poner a los delincuentes tras las rejas.
En Tumeremo Víctor Johan Ascanio Gutiérrez (28) presuntamente habría asesinado a Miguel Alfaro Lubis (42) hace un mes y quince días. Lo llamaban “cachete”.
Este sujeto decidió ponerle fin a sus días enfrentándose a los funcionarios del Cicpc en Tumeremo en hecho ocurrido en la calle I sector Sifontes I, Tumeremo.
Tenía registros por robo y porte ilícito de armas pero había cambiado de ramo porque ahora también era homicida.
Bueno, eso sí creemos lo que dice el parte del Cicpc, del que no tenemos por qué dudar.
En la madrugada del martes falleció en el hospital de Guaiparo un joven de 22 años que regresaba de pescar con su suegro cuando fueron interceptados por un sujeto que los quiso robar.
A Rodrigo José Mendoza le quitó el teléfono y no contento con eso le dio ocho tiros entre cara pecho y piernas, es decir hubo saña, furia y odio. A menos que estuviese drogado, no descartable, el asesino conocía al joven, obviamente porque no se gastan tantas balas en un desconocido a menos que un trabajo por encargo.
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