Podríamos decir que la mayoría de la mujeres considera que su segundo embarazo es distinto del primero. Los movimientos del bebé puede que se sientan antes, ya saben lo que son las contracciones falsas y también conocen las verdaderas.
Para nuestro segundo parto, ya el cuerpo es diferente y nuestra psiquis ha pasado por transformaciones también. Sin embargo, muchas mujeres que no han pasado por la experiencia aún viven con algo de miedo el segundo parto y piensan que quizás pueda ser más lento que el anterior o más dificultoso.
Hoy compartimos contigo lo que dicen expertos en la materia respecto a la rapidez del segundo parto. Verás que no hay nada que temer.
Nuestro cuerpo ya no es el mismo
Con frecuencia se hace referencia a los cambios a nivel físico en el cuerpo de la mujer durante el segundo embarazo. Algunos expertos en la materia aseguran que ciertas partes del aparato reproductor femenino se encuentran más laxas y, en consecuencia, esto facilitaría el trabajo de parto. En algunos casos muchas mujeres experimentan contracciones más cercanas una de otra en un tiempo menor que en el embarazo previo, lo que provoca una dilatación rápida y, por ende, un parto más veloz. Sin embargo, esto varía de mujer en mujer y puede darse así o simplemente ser un parto más lento.
¿Más seguras?
Se piensa también que las madres que tendrán a su segundo hijo siempre están más relajadas porque ya saben qué esperar. No obstante, esta característica no se ajusta a todas las mujeres y a todos los partos. En todo caso, la rapidez con la que se dé el trabajo de parto dependerá de cuán confiada esté la madre y cuán cómoda se sienta con respecto a su entorno. Independientemente de si es una madre primeriza o si tendrá a su quinto bebé, estos son los factores que realmente influirán en el parto.
Nuestra actitud es clave
Janelle Durham, doula y directora del Centro Educativo para el Parto y la Familia en Seattle, le recomienda a las mujeres liberarse de los pensamientos de comparación. «Esperar que se den las mismas situaciones con el segundo parto que con el primero puede generar emociones negativas en nosotras». Janelle afirma que, si bien hay cuestiones que no podemos manejar, como la posición en la que está colocado el bebé o la intensidad de las contracciones, «sí podemos controlar nuestra actitud respecto a la nueva experiencia». Soltar la vivencia del parto anterior y abrirse a la llegada del nuevo ser ayudará a que podamos sentirnos más relajadas y positivas.
Cada embarazo es un mundo y cada parto también. No hay dos partos iguales porque simplemente no hay dos bebés iguales, ¡y es hermoso que así sea! Por eso, es importante no crear expectativas para luego tampoco sentir frustración de ningún tipo. Lo mejor siempre será fluir con lo que nos dicte nuestro cuerpo y nuestro bebé el día del parto.
Recuerda que traer un hijo al mundo es una experiencia inigualable y mágica, independientemente del tiempo en concreto que lleve el trabajo de parto con cada niño. Disfrútala al máximo.
Fuente: vix / MF
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