Derribar ideas cliché acerca de los estereotipos de género es muy importante. Y cuando se trata de sexualidad, son muchos los clichés que se repiten sin siquiera analizarlos. Especialmente alrededor de la sexualidad femenina hay varias ideas erróneas que se consideran verdades por muchos, y que les impiden vivir el sexo de forma libre y plena.
Estos son alguno de esos mitos alrededor de las mujeres y el sexo que todos deberían dejar de creer.
1. Las mujeres no desean tener tanto sexo como los hombres
Este es quizá el mito más común y menos cierto. Según la creencia popular, los hombres tienden “por naturaleza” a querer tener más sexo que las mujeres. Esa creencia sin fundamento hasta es usada en ocasiones para justificar abusos.
En realidad, después de numerosos estudios sobre el tema se ha llegado a la única conclusión de que es imposible generalizar al respecto. A veces los resultados arrojan que las mujeres tienen más deseo y a veces los hombres.
En realidad, el deseo de tener sexo varía de acuerdo a cada persona, más allá de su género.
2. Durante la menstruación no es recomendable tener sexo
El sexo durante la menstruación es en muchos casos visto como tabú, pero en realidad no tiene nada de malo. Si hay mujeres que se sienten incómodas al respecto, tiene que ver más con una cuestión psicológica que por un motivo físico.
De hecho, tener sexo durante la menstruación tiene algunas ventajas. La energía sexual de la mujer en su período es más fuerte, y la menstruación ayuda a lubricar con más facilidad la zona vaginal. Además, las zonas erógenas suelen estar más sensibles, por lo que se puede alcanzar mayor placer.
Si lo que te preocupa es el desorden, puedes proteger las sábanas con toallas, tener sexo en la ducha, o lo que a la pareja le resulte cómodo y sensual.
3. A las mujeres les cuesta excitarse y llegar al orgasmo
Se tiende a creer que las mujeres tienen mayores dificultades para excitarse que los hombres, y que también por eso les cuesta más llegar a los orgasmos.
Pero en realidad, está demostrado que ambos sexos tardan más o menos lo mismo en excitarse. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de McGill descubrió que mirando pornografía, hombres y mujeres tardan 10 minutos en estar excitados.
En realidad, si las mujeres llegan menos a los orgasmos que los hombres es por falta de estimulación correcta por parte de estos.
4. Las mujeres no se masturban
Otro error. Según distintos estudios, por lo menos el 92% de las mujeres se han masturbado alguna vez.
Sí es cierto que, al menos de acuerdo a las investigaciones realizadas, la cantidad de veces es un poco menormentre las mujeres: 3 veces a la semana ellas, más de 5 veces ellos.
Pero las mujeres son tan capaces y disfrutan tanto como los hombres de darse placer a sí mismas.
5. La libido de las mujeres disminuye con la edad
Gran cantidad de estudios concuerdan en que el sexo se pone mejor conforme pasan los años, y no al revés.
Según un estudio de la Universidad de Texas, por ejemplo, las mujeres de 40 años tienen impulsos sexuales mucho más altos que las de 20.
Además, otros estudios aseguran que a los 40 las mujeres tienen orgasmos más potentes, y mayor facilidad para alcanzar los multiorgasmos.
6. Los orgasmos enamoran a las mujeres
Otro mito muy difundido es que las mujeres tienden a implicarse emocionalmente con sus compañeros sexuales más que los hombres. Es decir, que una mujer que alcanza orgasmos con un hombre tenderá a enamorarse de este, y no al revés.
La realidad es que durante el sexo se libera, tanto en hombres como en mujeres, oxitocina. Esta es llamada la “hormona del amor”, porque influye en el enamoramiento. Pero, por un lado, se libera en ambos sexos, por lo que no tendría que influir más en la mujer que en el hombre.
Por otra parte, no hay pruebas concluyentes de que la liberación de la hormona en sí produzca enamoramiento, sino que es una más dentro de una serie de factores.
7. Las mujeres no se estimulan visualmente
Al contrario, las mujeres responden mejor a los estímulos visuales que los hombres. Pero claro, igual que con muchas otras cosas, ellas no lo dicen tanto.
Se trata, una vez más, de una creencia basada en la represión de las mujeres hacia las cosas que les gustan y las hacen sentirse erotizadas.
Fuente: labioguia / MF
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