La ministra de Cultura y Juventud de Costa Rica, Sylvie Durán, destacó la importancia de la creciente cooperación internacional para recuperar la riqueza arqueológica de los países de donde durante años han sacado ilegalmente colecciones enteras de piezas precolombinas.
"Muchos países tenemos un patrimonio que ha sido sacado de nuestros territorios en distintas condiciones y que tenemos un interés particular y solidario con respecto a repatriar y recuperar esos acervos", afirmó Durán a Efe.
Esta semana las autoridades de Costa Rica presentaron parte de una colección invaluable de 196 piezas precolombinas que fue sacada del país aparentemente en la década de 1970 por una familia de origen estonio de apellido Mannil.
El Gobierno de Venezuela decomisó esas piezas entre los años 2009 y 2015 en una residencia de la familia Mannil en Caracas, luego las custodió hasta repatriarlas a Costa Rica este enero, tras un proceso de confirmación del origen y la autenticidad de las obras.
Costa Rica agradeció a Venezuela la cooperación para que las piezas regresaran a su país de origen, en lo que constituye un ejemplo de la creciente voluntad de los países latinoamericanos por recuperar y custodiar el patrimonio histórico.
"Hay un esfuerzo de inquietudes y expectativas por generar una red de trabajo más potente con condiciones y maneras de trabajar que nos permitan recuperar el acervo. Es un tema que está en la agenda de autoridades subregionales, regionales, iberoamericanas y de la Unesco", afirmó la ministra Durán.
La funcionaria dijo que los países trabajan para generar condiciones adecuadas para que haya una gestión más eficiente de la recuperación del patrimonio y que para ello es necesario que en el diálogo internacional se consideren las condiciones reales en las que las piezas fueron sacadas de los países.
La ministra aprovechó para hacer un llamado a la gente que en Costa Rica tiene en sus casas piezas precolombinas, algo que es común pero ilegal si no han notificado al Estado sobre ello.
Es necesario un cambio para que las personas que conservan este tipo de riqueza notifiquen al Estado y puedan recibir los permisos correspondientes, o también las entreguen para que sean custodiadas por el Museo Nacional.
"Necesitamos que la gente se percate de que puede ser custodio si le dice al Estado. Es importante que la gente aprenda a cuidar el patrimonio de forma colectiva", comentó la ministra.
Durán subrayó que en los últimos años las instituciones costarricenses han evolucionado en reconocer la importancia de la riqueza arqueológica y protegerla.
"Son muchas instancias como judiciales y de aduanas, que cuando ven algo sospechoso que sale de un aeropuerto o de un puerto tienen el criterio para intervenir e intercambiar información", dijo.
La ministra reconoció que resguardar el patrimonio de un país no es tarea sencilla ni mucho menos barata. Por ejemplo, solo la repatriación de la colección desde Venezuela implicó un trabajo de expertos para su almacenaje y traslado y una inversión cercana a los 20.000 dólares.
"El costo de cuido del patrimonio es una inversión importante, pero cada pieza es un libro, una pequeña enciclopedia de algo de nuestro pasado, de usos, de formas de hacer. En países jóvenes como los nuestros aún nos queda mucho por investigar y conocer de nuestras culturas", manifestó.
La colección recuperada con la ayuda de Venezuela es la más grande que Costa Rica haya repatriado en su historia y contienen hermosas piezas como dos esferas de piedra, estatuas de piedra que representan al hombre, la mujer y animales como el jaguar y el águila; además ocarinas y vasijas de barro con bellos acabados.
Las piezas son originarias de varios pueblos y zonas indígenas de Costa Rica como la zona Central, la Atlántica, el Pacífico Norte y Diquís (sur).
La colección será estudiada a profundidad por los expertos del Museo Nacional y parte de ella será exhibida al publico próximamente. EFE
EA
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