LUISÁNGELA DELGADO
FOTO: ARCHIVO
Guasipati.- El sonido de una ráfaga de detonaciones alertó a los habitantes del sector minero La Vainita, del municipio Roscio, al sur de la entidad bolivarense.
A José Gregorio Acuña Pérez, de 20 años de edad, lo estaban “cazando”.
Sus atacantes esperaron que estuviera solo para arremeter en su contra.
Estaba llegando
Supuestamente, José Gregorio había salido desde tempranas horas de la mañana del viernes desde su residencia ubicada en el referido sector.
Estuvo compartiendo con unas amistades a pocas calles de su vivienda.
A las 3:30 de la tarde, decidió irse.
Con apretón de manos se despidió de sus compañeros y agarró su rumbo.
Esperado
A pocos metros de llegar a su destino, un par de tipos a bordo de dos motocicletas lo alcanzó.
Cuando pasaron a su lado, el conductor del vehículo de dos ruedas bajó la velocidad, lo vieron, no le dirigieron la palabra y siguieron.
Él los reconoció, pero no sintió la necesidad de correr y siguió caminando.
Al doblar en la esquina que daba a su residencia, vio que los tipos se regresaban.
Los pistoleros se bajaron y lo apuntaron.
José Gregorio comenzó a discutir con sus atacantes.
Aparentemente, les decía que “les diera uno días más para pagar”, pero notó que no llegarían a un acuerdo.
Entonces pensó que con correr iba a escabullir a sus verdugos.
Enseguida los delincuentes lo frenaron, se pararon frente a él y accionaron sus armas de fuego.
Su víctima cayó tendida en la calle de tierra.
Los criminales se embarcaron en la moto y salieron del lugar sin dejar rastros.
Al CDI
Los vecinos no tardaron en salir de sus hogares y dar con el baleado.
Rápido lo reconocieron y avisaron a sus familiares, quienes no tardaron en llegar.
Los gritos de desesperación se escuchaban por toda la calle. No podían creer lo que estaban viendo.
José Gregorio tenía la cara bañada en sangre.
Todos los proyectiles fueron directo a su rostro.
Vehículo
Sus allegados lo subieron en un carro y lo llevaron al Centro Diagnóstico Integral “Erwin Lailot”, pero su esfuerzo fue en vano.
En el camino agonizó.
Lo dejaron en la sala de emergencias del centro médico y los galenos confirmaron el deceso.
El cadáver fue tapado con una tela azul y llevado a la morgue.
PEB
Los funcionarios de la Policía del Estado Bolívar (CCP)-Roscio-, recibieron una llamada con la denuncia de un occiso en el módulo.
De inmediato activaron a una comisión, llegaron al lugar y confirmaron el suceso.
Apuntaron los datos en el libro de novedades y avisaron a los detectives del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), quienes se llevaron los restos para el proceso correspondiente de averiguaciones.
En la escena
Los policías y detectives fueron a la comunidad La Vainita y entrevistaron a varios habitantes.
Estos dijeron que no vieron quienes lo mataron, pero sí escucharon las detonaciones.
Ninguno supo el oficio al que se dedicaba el infortunado.
Aunque hubo comentarios de que se dedicaba a trabajar la minería en un yacimiento a pocas horas de la comunidad.
Móvil
Como versión oficial sobre el móvil, presumen que a José Gregorio Acuña Pérez, lo asesinaron por un ajuste de cuentas.
Trasciende que el occiso supuestamente tenía deudas económicas con integrantes de una banda de la zona desde hace mucho tiempo y se había negado a pagar.
Sin embargo, se espera que los sabuesos esclarezcan el caso y den con los asesinos.
Hasta los momentos, no hay detenidos.
Tras la pista
Los cuerpos de seguridad están tras la pista de unos cabecillas de bandas delictivas en Guasipati.
Supuestamente, son delincuentes que se dedican al robo, extorsión a comerciantes y mineros de la zona. Además que asesinan a sus víctimas en caso de que se nieguen a pagar “la vacuna”.
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