Dos taxistas fueron asesinados este fin de semana. Uno en la Porfía, vía Upata, para quitarle su vehículo y el otro en Villa Jade sector Core 8 de Ciudad Guayana. ¿El motivo? El mismo, quitarle el vehículo.
Al de Villa Jade lo mataron con un destornillador. Eran dos hombres y una mujer. A Antonio Heredia le pidieron el servicio estas personas hacia esa dirección y cuando iban llegando uno de ellos sacó un destornillador y se lo puso en el cuello al señor de 50 años que se ganaba la vida trabajando después de haber estado 30 años en una empresa básica.
Antonio se resistió y los sujetos lo sometieron mientras uno de ellos le asestaba cortes con la punta del destornillador. Antonio se bajó del carro pegando gritos y ensangrentado mientras los delincuentes hacían lo propio y se confundieron entre la gente y aunque la policía revisó el lugar y los vecinos también, no los hallaron, lo que les permite presumir que los tipos viven allí en Villa Jade.
En el otro asesinato de taxista, al señor de La Porfía lo mataron para quitarle su camioneta bronco, de color blanco, con la que hacía de taxista y es que la cosa está difícil aunque nuestros amigos del gobierno digan que es culpa del imperialismo.
También se llamaba Antonio y el apellido era Parra y tenía 70 años. Al igual que Heredia, trabajaba para compensar la pírrica pensión que le paga el Estado por jubilación, después de trabajar 30 años.
El señor recogió a su victimario presuntamente en San Félix, puesto que nadie qué pasó con exactitud, ya que Parra está muerto y el que lo mató no ha sido capturado.
Lo que si es cierto es que ayer después de la 1 de la tarde lo bajó de la camioneta y le dió un tiro en la rodilla que seguramente perforó la femoral y allí en un camino de tierra murió este ciudadano que sólo quería trabajar para obtener un poco más de dinero y pasar menos trabajo.
Los vecinos de la Porfía vieron pasar la camioneta con un sujeto al volante y se percataron que iba como “caballo de bandido”: Huyendo.
Los uniformados de la Policía del estado Bolívar (PEB), adscritos al Centro de Coordinación Policial (CCP)-Francisca Duarte recibieron la denuncia, llegaron hasta el sitio y custodiaron el lugar hasta que se presentaron los pesquisas del Cicpc.
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