Un trabajo periodístico realizado por la cadena argentina Telenoche refleja la situación de los venezolanos que cruzan a Brasil huyendo de la crisis económica y social que afecta a Venezuela y llegan a Boa Vista, capital del estado de Roraima, uno de los más pobres de todo Brasil.
Los periodistas Maru Duffard y Gaston Cavanagh fueron los encargados de viajar hasta la frontera de Venezuela con Brasil, al poblado de Pacaraima y a la ciudad de Boa Vista; donde encontraron distintos refugios de venezolanos, quienes duermen en carpas en plazas y refugios improvisados y aseguran están en mejores condiciones que en su país.
En la frontera brasileña, según cifras de la policía de Brasil, diariamente cruzan unas 500 personas, quienes inician una “lenta procesión” hasta Boa Vista, un trayecto de 180 Km, que según afirma Duffard es conocido como “La ruta del hambre”.
Un grupo de venezolanos estancados en la frontera con Brasil afirman que en solo 6 horas “vendiendo cafés y cigarros” logran ganar el equivalente a lo que ganarían en Venezuela con un mes de trabajo. Una de las mujeres en el grupo aseguró ser enfermera y haber optado por dejar el trabajo porque “no le da la base” para mantener a sus dos hijos, un niño de 12 años y una niña de 5, a quienes no sabe cuándo volverá a ver, pues no tiene “ni para devolverse”.
En la ciudad de Pacaraima el único refugio es para la comunidad de indígenas venezolanos , el cual alberga un total de 674 personas, entre adultos y niños, quienes aseguran que al estar allí “ya no hay difícil”, pues reciben ayuda alimentaria.
A lo largo de la ruta 174, que une Pacaraima con Boa Vista, se pueden ver venezolanos pidiendo “cola” para llegar a su próximo destino, la capital de Roraima, ciudad que según cifras oficiales ha recibido en los últimos meses a unos 50.000 venezolanos.
En esta ciudad, de solo 300.000 habitantes, los venezolanos sobreabundan. Duermen en plazas, limpian cristales de los carros en los semáforos o encuentran en la prostitución una salida a su situación.
La plaza Simón Bolívar, de Boa Vista, recientemente cercada, se convirtió en el punto central de encuentro de los venezolanos que llegan en busca de un mejor futuro. Mónica, mujer venezolana refugiada en la plaza junto a sus dos hijos y entrevista por Duffard, afirma que en Venezuela “no tenía a veces ni para los tres platos de comida. Solo para dos o uno y ese plato debía compartirlo con mis hijos”. Además, sostiene que pese a amar Venezuela salió del país porque no quería que sus hijos murieran de hambre.
RA / Informe21
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