Chile mejoró sustancialmente en las últimas décadas la mayoría de sus indicadores sociales, sobre todo en educación y vivienda, acercándose a su meta de convertirse en país desarrollado, según los datos del último Censo de población.
"No somos un país desarrollado, pero sin duda, que hemos avanzado de forma muy significativa", dijo el director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Guillermo Pattillo, al presentar en rueda de prensa este viernes la segunda parte de los datos que arrojó el Censo de Población y Vivienda realizado en 2017.
En las últimas dos décadas, Chile logró aumentar exponencialmente la escolaridad, mejorar la vivienda y reducir el hacinamiento. Otros indicadores que dan cuenta del mayor nivel de desarrollo son la explosión de la llegada de migrantes, el paulatino envejecimiento de la población, el cambio en la composición de las familias y la reducción de los hijos nacidos por mujer.
"Más relevante que la foto del minuto (que muestra el Censo) es la dinámica que lleva. Y la dinámica que deriva de estos datos demuestran una evolución positiva en todos los ámbitos", agregó Pattillo.
El último Censo se realizó el 19 de abril de 2017 y en su primera entrega de resultados reveló que la población total de Chile alcanzó los 17.574.000, con una tasa de crecimiento de 1% respecto al Censo de 2002, lo que "muestra que la población sigue creciendo pero a un ritmo cada vez más lento".
- Salto en educación y vivienda -
Uno de los saltos más importantes se ha dado en materia de educación. Por ejemplo, entre 1992 y 2017 la proporción de personas de 25 o más años que ha aprobado al menos un curso de la educación superior subió de 11,7% a 29,8%.
En tanto, el promedio de años de escolaridad de los mayores de 25 años también aumentó, pasando de 8,23 en 1992 a 11,05 en 2017. En las mujeres, el promedio creció de 8,08 a 10,95 en el mismo periodo y el de hombres, de 8,39 a 11,16.
En materia de vivienda se evidencia también otro cambio relevante. Si bien, el principal tipo de hogar en el país sigue siendo la casa, llegando al 79,7%, los apartamentos en edificios pasaron de representar 12,6% del total de viviendas a 17,5% en los últimos 15 años.
Por su parte, el porcentaje de vivienda con hacinamiento disminuyó de 17,2% en 2002 a 7,3% en 2017, mientras que el tamaño medio del hogar también bajó, pasando de 4,4 personas por hogar en 1982 a 3,1 en 2017.
En cuanto a las condiciones de las viviendas, un 83% fue considerada "aceptable", mientras que solamente un 2% clasifica como "irrecuperable".
Los cambios se dan también a nivel de la fecundidad. El promedio de hijos por mujer bajó de 1,6 a un 1,3% en 2017, mientras que la cantidad de mujeres que optan por no tenerlos subió a un 24,2% desde un 22,7% que lo hacía en 2002.
Otra muestra del avance de la sociedad chilena es el explosivo incremento en el número de migrantes, llegados al país atraídos por las ventajas económicas y su estabilidad política.
El porcentaje de migración pasó de representar un 0,8% de la población en 1992 (105.070 personas) a 4,35% en 2017 (746.465 personas).
La mayoría (66,7%) de los inmigrantes declaró haber llegado a Chile en los últimos siete años. Del total, un 50,7% proviene de tres países: Perú (25,3%), Colombia (14,2%) y Venezuela (11,2%). Destaca también la irrupción de la migración haitiana, que alcanza 8,4%.
El Censo también entregó datos sobre la población indígena chilena. El número de ciudadanos que se considera perteneciente a alguna etnia originaria asciende a 2.185.792 personas, lo que representa el 12,8% de la población, y de ellas la gran mayoría (91%) se declara mapuche. AFP / RA
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