Al menos dos civiles murieron y seis más resultaron heridos en una serie de bombardeos y ataques artilleros de las fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafer, hombre fuerte del este de Libia, sobre la ciudad oriental de Derna, cuna del salafismo en el país.
Fuentes de seguridad en la citada urbe explicaron a Efe que entre las víctimas mortales se encuentra una niña de diez años, víctima de la metralla tras impactar un proyectil de mortero en un edificio de la ciudad.
Las fuerzas salafistas que resisten en el interior de la ciudad denuncian que los bombardeos aéreos son obra de cazabombarderos de Emiratos Árabes Unidos, país que junto a Arabia Saudí y Rusia apoyan a Hafter.
El cerco sobre la ciudad, levantado por las tropas de Hafter hace un año e intensificado el pasado febrero, se incrementó aún más este miércoles después de que la urbe quedara a oscuras debido al bombardeo que sufrieron sus dos principales estaciones eléctricas, agregaron.
A ello se une la escasez de combustible y otro tipo de fuentes de energía, así como de alimentos frescos y medicinas, lo que ha llevado a organizaciones locales y al Consejo de Ancianos de Derna, a advertir de la grave crisis humanitaria que padece la ciudad.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional contribuye a la victoria de las diferentes facciones rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
En la actualidad tiene tres focos de poder: un gobierno tutelado por la ONU en Trípoli, un Parlamento en la ciudad oriental de Tobruk bajo el mando de Hafter, y las ciudades-estado de Zintan y Misrata, principal puerto comercial del país.
A ello se unen cientos de milicias, grupos yihadistas y redes de contrabando de personas, combustible, armas e incluso alimentos, que definen y controlan la economía del país. EFE
ST
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