El poderoso sindicato de la construcción de Panamá, Suntracs, rechazó hoy el arbitraje recomendado por el Gobierno y decidió mantener la huelga que comenzó hace casi un mes en demanda de mejoras salariales y que mantiene parados centenares de proyectos en todo el país.
La decisión del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares y (Suntracs) fue adoptada este martes en una asamblea general celebrada en un céntrico parque de la capital panameña.
"Hemos sometido a votación la posibilidad de arbitraje y ha sido rechazada. Hemos sometido a votación la huelga y se mantiene la huelga para seguir negociando hasta alcanzar salarios dignos", dijo el secretario general del sindicato, Saúl Méndez.
Tras la asamblea, centenares de obreros emprendieron una marcha hasta la sede de la Cámara Panameña de la Construcción (Capac), con la que negocian desde hace meses una nueva convención colectiva, que estará vigente desde este año hasta 2022.
"Los empresarios no pueden meterse 30.000 millones de dólares al bolsillo y llegar a una mesa (de negociación) con 4 o 5 centavos de subida salarial. Es una miseria", denunció el líder sindical en declaraciones a los periodistas.
La patronal había rechazado en un primer momento el arbitraje, que solo puede ser activado a solicitud de las partes y que es la opción que defiende el Gobierno, pero el lunes reconoció en un comunicado que ahora mismo es "la única opción viable para resolver este conflicto".
La activación del arbitraje pondría fin al paro, que comenzó el pasado 18 de abril y está generando pérdidas diarias de unos 30 millones de dólares, según los empresarios.
El paro también está provocando el descontento de muchos obreros que se quejan de no estar recibiendo a tiempo el subsidio de huelga por parte del sindicato, que ronda los 50 dólares semanales.
El Suntracs, que celebrará su próxima asamblea general el próximo 29 de mayo, expulsó este martes a varios trabajadores "indisciplinados y traidores" que se rebelaron por no recibir el subsidio, según explicó su secretario general.
Las partes han rebajado sus pretensiones salariales durante las negociaciones y actualmente las posturas se encuentran estancadas en un alza salarial para 2022 del 44 por ciento y del 4 por ciento para el sindicato y la patronal, respectivamente.
El sector de la construcción es uno de los motores de economía panameña y en 2016 acaparó el 14,9 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país, uno de los más dinámicos de la región con una expansión económica del 5,4 por ciento en 2017.
Sin embargo, el sector lleva decreciendo desde hace varios años. Datos oficiales difundidos la semana pasada indican que la actividad de la construcción en el sector privado cayó un 48 por ciento en el primer trimestre de este año en comparación con el mismo periodo de 2017. EFE
ST
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