Luis Javier Ruiz estuvo presente en la discoteca gay Pulse en Orlando, Florida, cuando ocurrió el ataque terrorista, que dejó 49 muertos. El responsable, Omar Mateen, fue un paquistaní que tenía vínculos con el Estado Islámico.
"Pude haber muerto. Yo debería haber sido el número 50", dijo el sobreviviente.
“Mirando fotos antiguas de aquella noche en la discoteca, recordé mis perversiones y las borracheras para olvidar mis problemas, y de practicar sexo promiscuo que me hizo contraer el VIH. ¡Mis luchas eran reales! El enemigo me controlaba, pero Dios me sacó de todo eso y me dio a Cristo", dijo.
Ruiz participó recientemente en la Marcha de la Libertad, que reunió a ex homosexuales que contaron su testimonio de cambio de vida y de cómo fueron libres de la homosexualidad.
Los organizadores del evento se asociaron con la voz de las voces, una organización cristiana cuya misión es “defender los derechos de los ex homosexuales, personas con atracción indeseada por el mismo sexo y sus familias”, según su sitio web oficial .
Christopher Doyle, cofundador de Voice of the Voiceless, dijo que la motivación de la Marcha de este fin de semana es “celebrar nuestras vidas y no odiar el movimiento LGBT”. Según él, los participantes “Hicieron una elección consciente de dejar la homosexualidad, y debemos ser capaces de hacerlo sin ser ridiculizados”.
La historia de Ruiz fue utilizada como parte de la divulgación de la Marcha de la Libertad , con un claro llamado: “Los homosexuales pueden cambiar”.
El intento de ayudar a una persona a abandonar la homosexualidad o es a menudo llamada “terapia de conversión”. Aunque muchas organizaciones de salud estadounidenses se han manifestado contra esta práctica, incluyendo la Asociación Americana de Psicoanálisis y la Asociación Americana de Asesoramiento, generalmente desconsideran el deseo de los pacientes que buscan ayuda.
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