Nadie se casa pensando en divorciarse, ni se embarca en una relación personal, amorosa o sentimental contemplando la posibilidad de que vaya a terminar de manera estrepitosa. Normalmente, estas cosas son paulatinas o llegan por sorpresa. Pase lo que pase, un proceso de divorcio no suele ser una situación alegre o agradable, salvo si alguien estaba deseando llegar a la separación por unos u otros motivos.
Sin embargo, nos planteamos cómo gestionar una separación matrimonial, o un divorcio, sin caer en la tristeza que muchas personas experimentan al verse de repente abandonadas contra su voluntad.
• En cada crisis personal se encuentra una oportunidad. Vale, no es agradable que nos dejen, y mucho menos después de estar casados, pero ante cada crisis personal, las oportunidades pueden llegar para quedarse. Plantéate este momento como un tiempo de reflexión para estar con tu mente y tu corazón, para curarte y para salir todavía más fuerte de esto.
• Todo pasa por algo. Hay que mirar hacia adelante y pensar con frialdad. ¿Era todo realmente tan maravilloso si me acaba de dejar de la noche a la mañana? Seguramente no. Todo pasa por algo, y si tienes la oportunidad de reconectar contigo misma sin ese matrimonio, seguro que es para bien. Y si no lo es, al menos deja que la vida te lo descubra poco a poco.
• Tiempo para ti, y los tuyos. En pareja se descubren y se encuentran muchas cosas buenas como la comprensión, la compañía, el amor o la pasión. Pero el tiempo también se reduce, o mejor dicho, se divide por la mitad al ir juntos a muchos sitios. Ahora que estás en pleno proceso de divorcio, puedes gestionar las 24 horas de cada uno de tus días por y para ti. Sin nadie más que tu propia personalidad, feliz y libre.
-Fuente: Nosotras
RA
from Informe21.com - Salud y bienestar https://ift.tt/2yyhPkc
via IFTTT
Comentarios: