LUISÁNGELA DELGADO
Ciudad Guayana.- Una ráfaga de disparos se escucharon en varias calles del sector José Tadeo Monagas, mejor conocido como El Tubo, en San Félix.
A las 8:30 de la noche del domingo, Ronell Isidro Espinoza Lozano, se vistió, tomó las llaves de la casa ubicada en Buen Retiro, le dijo a su mamá que regresaba en unos minutos y salió.
Su progenitora escuchó cuando cerró la puerta principal y se quedó viendo un programa televisivo.
No imaginó que su hijo sería una víctima en la lista de homicidios.
Desde un carro
Ronell llegó a la calle principal del barrio El Tubo. Según testigos, estaba solo mientras caminaba.
Luego de recorrer varios metros, salió un vehículo cuatro puertas de color oscuro de una de las veredas y lo alcanzó a toda velocidad.
Ronell no tuvo ninguna reacción, porque no pensó que iba a ser atacado. Sin embargo, un tipo le gritó que se detuviera, en ese entonces intentó correr.
No corrió más de 10 metros cuando fue alcanzado por unos proyectiles.
Cuando cayó, dos pistoleros descendieron del carro y le siguieron descargando las pistolas. Luego, se subieron al automotor y el chofer pisó el acelerador para desaparecer del lugar.
Supuestamente, los criminales estaban vestidos de negro. Tenían la cara descubierta, pero nadie los reconoció.
Auxilio
Los habitantes vieron y escucharon el sonido del motor del carro alejarse. Entonces se acercaron y rodearon al hombre de 22 años baleado.
Ronell seguía con vida.
Alguien lo reconoció y junto a otros conocidos fueron hasta su residencia para avisarles a sus familiares.
Los amigos tocaron varias veces la puerta, cuando ya se iban salió una hermana de la víctima.
A ella le dijeron: Lo dispararon y está herido.
La muchacha no pudo contener el llanto y comenzó a gritar al escuchar la noticia.
Su madre salió y preguntó lo qué estaba pasando.
Al enterarse de la arremetida en contra de su hijo salió corriendo desesperadamente hasta la calle donde estaba tendido Ronell.
Cuando llegó, los residentes estaban pidiendo ayuda para llevarlo a un centro de salud, pero el esfuerzo fue en vano.
Ronell murió en el sitio.
Escena
Luego de varios minutos, llegaron los efectivos del Centro de Coordinación Policial (CCP) Francisca Duarte.
Una brigada de estadales custodió la escena del crimen, mientras que otros recorrían la zona para tratar de dar con los autores del homicidio.
La búsqueda no arrojó resultados positivos.
Era minero
Ronell Isidro Espinoza Lozano se dedicaba al trabajo de la minería ilegal en los yacimientos del sur del estado Bolívar.
Tenía dos meses de haber regresado de un campamento.
Sus dolientes no saben si tuvo diferencias con algún delincuente por aquellas zonas.
Tampoco si había recibido amenaza de muerte en la ciudad.
Alegaron que no tenía problemas con ninguna persona.
Averiguaciones
Pasada la medianoche, los detectives del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), de la Base de Homicidios llegaron al sitio del suceso.
Los agentes recabaron los casquillos como parte de las evidencias.
El cadáver fue trasladado a la Unidad de Anatomía Patológica del cuerpo detectivesco para las respectivas evaluaciones forenses.
Ajuste de cuentas
Se espera que la policía científica arme las piezas del rompecabezas para dar con los homicidas.
No descartan que Ronell fuera acribillado por ajuste de cuentas. Aunque tampoco dejan de considerar otras hipótesis.
Seguridad
Habitantes de la comunidad José Tadeo Monagas, piden a los cuerpos policiales mayor presencia.
Manifiestan que con frecuencia son víctimas de la delincuencia tanto en las calles como dentro de sus viviendas.
“El Cicpc y la PEB tienen derecho a patrullar en el sector y no a venir solo cuando hacen sus enfrentamientos o hay un muerto”, declaró un residente.
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