Una escuela de comadronas en Jalalabad, una de las ciudades más conservadoras del este de Afganistán, era blanco este sábado de un atentado en curso que según un primer balance oficial dejó al menos tres heridos.
Las víctimas fueron llevadas al hospital. Según varios testigos el ataque no terminó y tres horas después de que empezara se seguían oyendo disparos.
"El ataque se dirigió contra nuestro centro de formación de parteras", dijo el portavoz del departamento provincial de Sanidad, Inamula Miakhil, después de que varios residentes de la zona señalasen al menos una fuerte explosión.
Según el portavoz del gobernador de la provincia de Nangarhar, Attaula Khogyani, "las fuerzas de seguridad rodean el perímetro y entraron en el recinto para neutralizar a los asaltantes".
El portavoz explicó que 57 personas, la mayoría de las que estaban en el edificio, entre ellas estudiantes, profesores y personal administrativo, "están en seguridad, pero faltan diez".
La primera explosión se produjo a las 11H30 (07H00 GMT) y "de momento tres heridos fueron llevados al hospital, varias comadronas recibieron cuidados", añadió.
Testigos explicaron a la AFP haber oído varias explosiones, seguidas de disparos. Ehsan Niazi, que estaba en el departamento de Trabajo y Asuntos Sociales, situado en un edificio al lado del centro de formación, vio humo saliendo del edificio y varias ambulancias.
"Tras la primera explosión oí otras tres y vi a tres asaltantes meterse en la calle que lleva al departamento", explicó.
Una formación esencial
Otro testigo que no quiso identificarse dijo haber oído disparos. "Oí disparos y vi varios asaltantes que colocaban minas" para frenar la llegada de los socorristas y las fuerzas de seguridad. "Las fuerzas afganas la están desactivando para poder avanzar", añadió.
La formación de comadronas es esencial en Afganistán, donde según datos de Unicef sólo el 45% de las mujeres reciben asistencia médica durante el parto.
La tasa de mortalidad infantil mejoró considerablemente en los diez años siguientes a la intervención estadounidense de 2001 para derrocar el régimen de los talibanes.
Pero desde entonces ha empeorado por la falta de personal cualificado y de estructuras de cuidado médico en zonas remotas o inseguras, indica USAid, la agencia de desarrollo de Estados Unidos y uno de los principales donantes del país.
En 2015 la tasa de mortalidad infantil fue de 396 fallecimientos por cada 100.000 nacimientos en 2015, frente a los más de 1.600 estimados en 2002. Sin embargo varios observadores ponen en duda estas cifras porque la Unicef no tiene acceso a varias zonas.
La ciudad de Jalalabad, capital del este de Afganistán y de la provincia de Nangarhar, es una de las más conservadoras del país y objetivo de atentados de los talibanes o del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El último atentado tuvo lugar el 11 de julio contra un edificio que alberga el departamento de Educación. La operación, que todavía no fue reivindicada, dejó al menos once muertos.
La víspera, un ataque suicida del EI contra un convoy de los servicios de información afganos dejó doce muertos, la mayoría civiles, que murieron en un incendio de una gasolinera provocado por la explosión.
En los últimos meses las fuerzas afganas, con el apoyo del ejército estadounidense, lograron expulsar al EI de varios distritos que controlaba desde hacía dos años, aunque los yihadistas siguen presentes en la región. AFP / RA
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