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Malí acude a las urnas para unas presidenciales de alta tensión

Más de ocho millones de malienses están llamados a las urnas el domingo para renovar el mandato del presidente Ibrahim Bubacar Keita o elegir a uno de sus rivales, en un país donde persiste la violencia de los grupos yihadistas.

Malí acude a las urnas para unas presidenciales de alta tensión

Keita, elegido por primera vez 2013 tras la intervención internacional contra los grupos yihadistas que actúan en Malí, se enfrenta a 23 oponentes, entre ellos el líder de la oposición Sumaila Cisé.

La comunidad internacional, que mantiene su presencia militar en Malí con una misión de la ONU (Minusma) y la fuerza francesa Barkhane, espera que el nuevo presidente reactive el acuerdo de paz de mayo y junio de 2015 entre el gobierno y los antiguos rebeldes, mayoritariamente tuaregs.

Pese a ese acuerdo, la violencia de los grupos yihadistas no sólo ha continuado sino que se ha extendido del norte hacia el centro y el sur de Malí, así como a países vecinos como Burkina Faso y Níger.

Los primeros resultados deberían conocerse 48 horas después de los comicios y los oficiales, el 3 de agosto. Si hay segunda vuelta se celebrará el 12 de agosto.

La campaña electoral que terminó el viernes estuvo marcada por una polémica sobre las listas electorales y las denuncias de fraude de la oposición.

El equipo de Sumaila Cisé, quien en 2103 fue derrotado por Keita en la segunda vuelta, denuncia diferencias entre el fichero que sirvió para establecer las tarjetas electorales y el que finalmente fue publicado en internet.

La inseguridad ha sido otro de los temas de la campaña. Los adversarios de Keita, apodado IBK, le acusan de no haber logrado estabilizar el país a pesar de que él asegura que "el barco de Malí sigue avanzando y sólo reconoce "reductos de violencia" en algunas zonas.

Por su parte Cisé, cuyo eslogan de campaña es "Juntos recuperemos la esperanza", insiste en la necesidad de "salvar Malí".

Otro de los candidatos, el rico hombre de negocios Aliu Bubacar Diallo, acusa a IBK de haber "fracasado lamentablemente" en mantener la seguridad.

"En todos los lugares donde hemos estado, la inseguridad es la principal preocupación de los malienses", dijo en un comunicado Diallo, que tiene el apoyo de Buyé Haidara, un influyente líder religioso musulmán.

Ante el riesgo de que las elecciones no puedan celebrarse en partes del territorio de Malí, el gobierno anunció el despliegue de 30.000 miembros de las fuerzas de seguridad y de defensa para proteger a candidatos y colegios electorales.

La fuerza militar francesa Barkhane también contribuirá en las labores de seguridad. "Hay que disuadir a los que quieren mancillar el veredicto de las urnas con sangre humana y reaccionar rápido en caso de ataque", dijo la ministra francesa de Defensa, Florence Parly.

A pesar de estas medidas se prevé una tasa de participación baja, probablemente inferior al 50%, como en anteriores presidenciales.

Por su parte la Unión Europea desplegará el domingo un centenar de observadores coordinados por la diputada europea italiana Cécile Kyenge, que el miércoles pidió "más transparencia". AFP / RA

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