La mayoría de las familias tienen en casa una mascota que se llega a convertir en los consentidos del hogar, ¡pues son quienes nos reciben y llenan de amor cada día!, pero qué pasa cuando ese amor, se vuelve excesivo, como un trastorno.
De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los trastornos de la personalidad son un grupo de afecciones mentales en las cuales una persona tiene un patrón prolongado de comportamientos, emociones y pensamientos que es muy diferente a las expectativas de su cultura.
La petofilia es un comportamiento y amor a los animales, convirtiéndolo casi en obsesión. De acuerdo a Jon Katz, periodista norteamericano, quien ha investigado y escrito mucho alrededor de estos temas. Menciona que más allá del tema de gastar dinero en exceso o tratarlos como humanos, la petofilia es un trastorno donde el afectado solo siente satisfacción cuando está en contacto con seres irracionales (sus mascotas) y se aísla de su entorno.
Por su parte, Begoña Gállego, del Instituto de Estudios Psicosomáticos y Psicoterapia Médica (IEPPM), “En ocasiones, estamos ante individuos con carencias afectivas que se proyectan en el animal, experiencias afectivas traumáticas con otros sujetos, un exceso de soledad o bien la dificultad para establecer relaciones sociales”.
Tan solo demos un vistazo por el feed de nuestras redes sociales y la gran mayoría de nuestros amigos, comparte fotografías o videos de sus mascotas disfrazados o en todos los eventos importantes.
Sin embargo, de acuerdo a un estudio sobre la salud de las mascotas, “humanizar” a los perros, más allá de hacerles un bien, afectamos su salud, causándole incluso, enfermedades metabólicas y cardíacas. Actitudes como:
Fuente: Salud 180
RA
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