Una de las áreas más usadas de la casa es el baño. Es un sitio al que, por sus propias características, conviene siempre tener en primer orden de atención, pues siempre debe estar limpio y ordenado para sus diversos usos. Desde el aseo diario hasta los continuos baños veraniegos, las funciones del baño lo hacen el espacio más íntimo y versátil de un hogar. Optar por las mejores piezas para hacer de él un sitio acogedor será siempre una buena idea.
Y una de las piezas más básicas la hora de reformar un baño son los platos de ducha. Se trata de una superficie hecha con distintos materiales, que tiene propiedades diversas entre las que destaca la anti resbalante. Esta superficie se dispone en la parte inferior de la ducha y consta de un hueco para el drenaje. Para elegir sabiamente cómo adecentar mejor el baño, se recomienda echar un ojo a los mejores tipos de platos de ducha.
El espacio de la ducha
La ducha es el espacio del baño que más cuidados precisa. Esto se debe a tanto las duchas diarias como los productos de limpieza pueden deteriorar notablemente los materiales con los que está hecho. En ocasiones se llega a la ruptura o erosión de los tipos de platos más traidcionales, por lo que eslegir bien nos ahorrará dinero y preocupaciones en un futuro.
Una vez conscientes de la necesidad de un plato de ducha, lo más importante es saber escoger uno que se adecúe al color, material y disposición del baño. Para ello existe una gran diversidad de platos de duchas con muchos colores distintos, materiales y adornos. Esto permite una gran apertura a la hora de adaptar el plato de ducha a un baño particular, que probablemente ya cuenta con un estilo determinado, tanto en color como en forma, de sus demás elementos. Adaptar un plato de ducha estéticamente es, aunque algo superficial, de importancia.
Los mejores platos de ducha
A diferencia de lo que podría suponerse, la cerámica y la porcelana no son los materiales más adecuados para la fabricación o elección de un plato de ducha. Esto se debe a que ambos materiales son muy clásicos y cuentan con muchos defectos. Tanto la cerámica como la porcelana son materiales muy frágiles, y aunque soportan muy bien la erosión y los cambios de temperatura, se rompen, fracturan o rayan con mucha facilidad. Los mejores platos de ducha son los hechos con resinas.
Resina y durabilidad
Algo que hace más atractivo al plato de ducha a la hora de decidirnos por uno u otro es su vida útil. Esto no sólo hace referencia a lo que el plato en sí mismo pueda durar, sino a lo sencillo que sea repararlo en caso de que tenga cualquier desperfecto con el uso. Los platos de ducha realizados con cerámica o porcelana son difíciles, y en ocasiones imposibles, de reparar. Por diferencia, los platos de resina cuentan, por ser un material moderno, con 20 años de garantía. Tienen una excelente relación calidad/precio, además de que su facilidad de reparación prolonga aún más su vida útil.
Cosas a considerar
Además del material y el color, para considerar el mejor plato de ducha hay otros factores que deben tenerse en cuenta. Es importante preguntar si el plato puntual que se está comprando se puede reparar, aún si es de resina, sólo para dispensar esta duda. Conviene consultar si el plato es de resina o es de acrílico, ya que este último material es mucho más frágil. El plato debería ser de masa coloreada, dado que esto ayuda a combinarlo y evita que algún arañazo o inconveniente haga necesario un cambio del plato completo.
Elegir un plato de ducha
La compraventa de este tipo de materiales se ha disparado en los últimos años, no sólo en España sino en toda Europa. Lo que esto quiere decir es que la demanda ha facilitado enormemente la accesibilidad del producto, además de mejorar su rendimiento. Los platos deberían tener una garantía de aproximadamente 5 años. Además de ello, están cubiertos con seguros en casos de accidentes.
Optar por un plato de ducha hará del baño un sitio más acogedor, agradable e íntimo.
NP/MA
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