El deporte hace que llegue sangre oxigenada a nuestra cara, aumente la circulación, reduzca el estrés y nos haga ver más jóvenes. Pero si no preparas tu piel correctamente antes y después del ejercicio, puede que obtengas el efecto contrario
ANTES: Hazte una coleta
Si te dejas el pelo suelto, los aceites naturales (más el de los productos que te hayas aplicado en el cabello), al sudar, podrán penetrar con tranquilidad en tu cara y cuerpo, lo que hará que se obstruyan los poros y aparezcan brotes de acné. Así que la próxima vez que vayas al gimnasio, hazte una coleta o un moño bien tirante, (incluido el flequillo).
ANTES: Limpia e hidrata tu piel
Piensa que durante el ejercicio, los poros de tu piel se abrirán, así que todo lo que cubra tu piel, va a terminar siendo absorbido por la misma, lo que puede tener un desenlace fatal (granos, rojeces, irritación, puntos negros…). Por lo que te voy a dar dos opciones: si tienes poco tiempo, lleva siempre contigo toallitas desmaqillantes que te sacarán del apuro; opción 2, limpia tu piel bien a fondo con un gel suave (en movimientos circulares) y aclarar con abundante agua fría. Por último, pero no menos importante, hidrata la piel. Recuerda que vas a hacer ejercicio, no a la semana de la moda de Paris, ¡¡no hace falta maquillaje!!
ANTES: Protector solar
Este paso es si el ejercicio que vas a hacer es al aire libre (obviamente, para ir al gimnasio, no necesitas protegerte del sol, a no ser que haya ventanas, en ese caso tampoco es opcional). Utiliza uno que no sea muy denso y tenga fácil secado y del factor de protección más alto posible. El sol no es ninguna broma.
DESPUÉS: Quítate la ropa sudada
Parece obvio ¿verdad? Pues no lo es tanto. Al usar la misma ropa sudada todo el día (o un rato después del ejercicio), lo que estás consiguiendo es que aparezcan brotes de acné en tu pecho, espalda y hasta provocarte una foliculitis (infección en la parte de la piel que da crecimiento al pelo). Y esto es tan fácil de evitar, como deshacerte de la ropa que has utilizado para hacer deporte y dándote una buena ducha, claro.
DESPUÉS: Vuelve a lavarte la cara
Sabemos que lo has hecho antes, pero esto no es suficiente. Has sudado y puede que la suciedad del ambiente esté presente en tu cara, así que lo mejor para hacer que esto se vaya es hacer lo mismo que has hecho antes, utilizar un limpiador suave y dejarla impecable. Y hazlo antes de meterte en la ducha, el jabón del cuerpo no es bueno para la cara.
DESPUÉS: Hidrátate
Después de haber limpiado bien tu cara y haber pasado por la ducha, tienes que hidratarte, como si no hubiera un mañana. Recuerda que las cremas y productos no deben ser los mismos para la cara que para el cuerpo.
Fuente: Euroresidentes
OS
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