Al menos 130 personas siguen desaparecidas dos semanas después del derrumbe de la represa en el sur de Laos, en el que fallecieron 31 personas, según un nuevo balance oficial.
"Los servicios de auxilio descubrieron ayer a nuevas víctimas. En este etapa, se encontraron 31 cuerpos y el número de desaparecidos es de 130", indicó el domingo a la prensa local Ounla Xayasith, gobernador adjunto de la provincia de Attapeu, donde se produjo la catástrofe.
No obstante, el número exacto de víctimas es complicado de determinar, puesto que resulta difícil acceder a algunos de los lugares afectados debido a la temporada de los monzones.
Además, el régimen comunista de Laos, donde no hay libertad de prensa, dio informaciones parciales, a menudo incompletas, sobre esta crisis sin precedentes. Poco después de la catástrofe, algunos dirigentes locales hablaron de 1.126 desaparecidos.
El 23 de julio, cerca de las 20H00 locales (13h00 GMT), una represa se rompió, lo que liberó 500 millones de toneladas de agua sobre siete aldeas. Una zona con una extensión de varios kilómetros quedó cubierta por el agua y el lodo e incluso provocó inundaciones e pueblos fronterizos de Camboya.
El ministro de Energía y de Minas de Laos, Khammany Inthirath, aseguró que errores en la construcción de esta central hidroeléctrica pudieron haber contribuido en la catástrofe, y explicó que se realizará una investigación oficial para determinar el origen del accidente.
Este accidente pone en duda la solidez del conjunto de las represas de Laos, que está construyendo decenas de centrales hidroeléctricas para aportar energía a sus países vecinos del sudeste asiático, en pleno desarrollo económico. AFP / RA
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