Nació en la caraqueñísima parroquia La Pastora, hijo de una venezolana de origen canario y de un español de origen catalán. En 1932 ingresó a la Escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela. Siendo estudiante, acompañó a su profesor de Dermatología, el Dr. Martin Vega, para trabajar en la Colonia de Leprosos Cabo Blanco, en La Guaira, Estado Vargas.
El Leprocomio era un lugar donde los enfermos eran apartados de la sociedad, de la familia. Solo les quedaba esperar la muerte. Esta visita representa un cambio en la vida de Convit y una esperanza para ese grupo de enfermos.
Un animalito, el armadillo, que parece un injerto de rabipeleao con rinoceronte se convierte en el aliado inocente de lo que será la esperanza de vida de aquellos seres: inoculó el bacilo de la lepra en armadillos de la familia Dasypodidae y obtuvo el Mycobacterium leprae, que mezclado con la BCG (vacuna de la tuberculosis), produjo la inmunización.
Este notable aporte a la ciencia médica le valió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 1987, además de ser postulado en 1988 para el Premio Nobel de Medicina.
Después de este resultado, el Dr. Convit y su equipo desarrollaron una vacuna experimental, dirigida tanto a tratamiento como a la prevención de la lepra. Debido a la similitud entre las bacterias que causan la lepra y las bacterias que causan de la tuberculosis, la vacuna BCG se usó como una base y se mezcló con Mycobacterium leprae.
Los primeros resultados fueron aclamados como un gran éxito en el tratamiento de la lepra, aunque con el transcurrir de los años la eficacia de la vacuna ha sido objetada. Una vacuna contra la leishmaniasis fue desarrollada más tarde por el método de Convit.
En 1946 fue designado médico director de los Servicios Antileprosos Nacionales y luego médico jefe de la División de Lepra; le correspondió por tanto organizar toda la red nacional de la lucha contra la lepra.
Convit alcanzó un alto nivel de reconocimiento científico internacional, con más de 300 artículos científicos publicados.
Su última publicación la realizó a la edad de 100 años, en el 2013.
Su acreditado trabajo aportó una mayor integración de los servicios de Dermatología al sistema de salud en Venezuela,
incrementando el conocimiento de varias enfermedades parasitarias, y logró la disminución significativa de la lepra, al punto de no considerarse actualmente esta como un problema de salud pública en Venezuela.
La vida de Convit siempre estuvo marcada por maestros a quienes reconoce. En primer lugar a sus padres, luego Rómulo Gallegos, su maestro en bachillerato. Más adelante, Martín Vegas y Carlos Gil Yépez. Siempre hacía referencia a su condición de servidor público y buscaba que los estudiantes de medicina tuvieran presente esa condición.
Convit nunca le cobró a un paciente por el cuidado y atención medica que le prestaba. Murió el 12 de mayo de 2014, en Caracas, Venezuela.
Enrique Rondón Nieto
from Informe21.com - Actualidad https://ift.tt/2x3bie9
Comentarios: