Cuando te enamoras de una persona que no puedes tener o no debes querer, el amor se vuelve una ilusión dolorosa, y aunque a todas nos ha pasado alguna vez, hay quienes viven atrapados en la idea de que "la esperanza muere a lo último".
¿Es esto malo y por qué ocurre? Bueno, el tema es complejo y no vamos a hablar de él desde una perspectiva romántica sino desde el punto de vista psicológico, que arroja una verdad menos poética.
Como se menciona en un artículo de El Confidencial, esta tendencia a enamorarnos de personas con las que muy probablemente no podremos tener una relación porque las circunstancias no operan a favor, puede ser una señal de dos cosas: evasión al compromiso y necesidad de reafirmar un objeto de deseo.
De acuerdo a Cindy Hazan y Philip R. Shaver, psicólogos, explican el hecho de que muchas personas que se enamoran de "imposibles" lo hacen porque en realidad sienten una necesidad de sentir esa adrenalina que sólo podemos sentir cuando alguien nos atrae.
En este sentido, las personas que se enamoran de personas poco probables las usan como un objeto de deseo que les aporta emoción y motivación, dos elementos que pueden estar careciendo en su propia vida a causa de falta de autoestima o rumbo en la vida.
Otra de las explicaciones es que al enamorarnos de alguien que difícilmente pueda conectar con nosotros (quizá vive en otro país, ya tiene pareja o simplemente vive en un ambiente diferente al tuyo) lo hacen porque en el fondo no quieren compromiso alguno y muy probablemente estén evadiendo involucrarse emocionalmente con alguien de verdad.
Al ocupar tu mente en una persona que de seguro no sabe de tus sentimientos, lo que haces es satisfacer momentáneamente tus necesidades afectivas, tanto para darlas como para recibirlas, porque en realidad no quieres o tienes miedo de enamorarte.
Esto queda comprobado cuando esa persona que te resultaba idílica te presta atención y la ilusión se vuelve una realidad que no quieres manejar. Al llegar a ese punto comprendes que en realidad no deseabas a la persona, sino la emoción que despertaba en ti.
Fuente: Soy Camín
RA
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