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Grandes cosas que aprendes cuando encuentras al hombre de tu vida

Pasamos la vida pensando que un día conoceremos a una persona que nos cambie para siempre, que nos resolverá todos nuestros problemas y que a partir de ese momento nada volverá a lastimarte. En realidad, los grandes cambios en tu vida los inicias tú y es cuando lo logras que puedes darte oportunidad de entrar al hombre de tu vida.

Grandes cosas que aprendes cuando encuentras al hombre de tu vida

Ni un hombre ni nadie puede cambiar tu vida, eso te corresponde a ti; madurar y ser mejor persona es tu responsabilidad para que luego puedas compartir tu vida con otra persona que se encuentre en el mismo estado de evolución emocional. Cuando eso ocurre grandes cambios llegan a tu vida, como los siguiente cinco:

Encuentras tranquilidad

Cuando estás lista para conocer al hombre de tu vida lo sabes porque en ti abunda la tranquilidad, la serenidad y la confianza absoluta de que estás en un buen punto de tu vida.

Esa madurez y templanza emocional es una señal inequívoca de que estás lista para compartir tus días con esa persona especial y que lo haces por las razones correctas, no por miedo, desespero o vacío. Sino por mero y puro amor.

Tomas responsabilidad

No todo es culpa de ellos, no todo es culpa de nosotras. Todos tenemos que tomar responsabilidad de nuestros errores y corregirlos.

Cuando estés con el hombre de tu vida lo comprenderás, porque habrá un equilibrio entre ambos y la humildad para reconocer sus fallas, así como su compromiso para resolverlas.

Tus emociones no te dominan

Cuando encuentras al hombre de tu vida te das cuenta que en momentos de discrepancia es mejor tomar espacio y no dejar que las emociones te dominen. Comprendes que la rabia que sale por la boca deja heridas que no se vuelven a cerrar ni con el paso del tiempo.

Aceptas el amor que mereces

En una relación se dice que debes dar amor sin esperar nada a cambio, pero cuando encuentras al hombre de tu vida entiendes que sí mereces recibir ese amor que das, porque también lo necesitas. Tu pareja te regresa lo que tu le ofreces y así es como construyen una relación sólida.

Simplemente eres feliz

Y no porque todos los días sean perfectos, ni porque haya ausencia total de problemas, de tristeza o de dificultades. Eres feliz porque te sientes feliz contigo misma y extiendes esa dicha a la persona que has decidido amar.

Fuente: Soy Carmín

RA

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