Richard Hornock, pastor de la Iglesia de la Comunión, en Texarkana, Texas, se crió en Salt Lake City, Utah, sede mundial del mormonismo. Dijo que actualmente los mormones "hablan nuestro mismo lenguaje".
Después de haber experimentado de primera mano lo que enseñan los mormones, Hornock comentó sobre los cambios recientes, cuando rechazaron identificarse como mormones y ser conocidos simplemente como La Iglesia de Jesucristo de los Últimos Santos de los Últimos Días.
"Ellos usan todos nuestros términos bíblicos, pero con definiciones, formas y significados comapletamente diferentes", dijo el pastor.
Según Hornock, un ejemplo de engaño es la naturaleza de Dios, específicamente la manera como los mormones creen que los seres humanos son lo suficientemente buenos pueden convertirse en divinidades.
"Si vivimos nuestra vida correctamente, podemos convertirnos en dioses. Nuestro Dios, el Padre, ya fue un hombre en algún otro planeta, algún otro universo, y él era alguien tan bueno, hizo todo lo que debía hacer tan bien, que su dios hizo de él un dios, y le dio su propio universo, su propio sistema solar y él hará lo mismo con nosotros", explicó el pastor, acerca de la enseñanza mormona
Hornock también habló sobre la práctica mormona de bautizar a los muertos. Él fue testigo que muchos de sus amigos de la infancia, siendo bautizados varias veces en nombre de parientes ya fallecidos. "Ellos iban al templo y eran bautizados unas 100 veces por parientes muertos, y eso sucedería en unos 15 minutos", recordó Hornock.
Para la mayoría de los teólogos, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es una secta y no una denominación cristiana.
El Consejo de la Misión de América del Norte, que sigue la línea bautista, afirma en documentos que: "Cuando se analiza como doctrina, no hay otra manera de describir las enseñanzas de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD) si no como una secta".
Albert Mohler Jr., presidente del Southern Baptist Theological Seminary y un influyente teólogo bautista, afirmó a principios de este mes que el anuncio del cambio del nombre mostraba que, al exigir que fueran llamados por el nombre completo y no por un término más corto como “mormones “, La Iglesia de los SUD intenta reafirmar su creencia de que” todas las demás iglesias cristianas no son iglesias reales”.
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