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¿Por qué las chanclas pueden ser un peligro para los pies?

Las chanclas no son peligrosas para todo el mundo. “Como podólogo, no desaconsejo el uso de chanclas a personas que no sufren ningún problema en los pies. Sin embargo, es un calzado muy peligroso para los que padecen un problema estático, ya que podrían agravarlo todavía más”, explica el especialista

¿Por qué las chanclas pueden ser un peligro para los pies?

Además, no se recomiendan a personas que sufren deformaciones en la pelvis, las caderas y la espalda. Por último, la predisposición a sufrir problemas de pie (ya sean genéticos o por factores medioambientales) es un elemento a tener en cuenta a la hora de llevar chanclas, ya que podrían provocarlos.

Antes de hacer la lista de todos los efectos negativos que puede provocar llevar chanclas, es importante recordar cómo llevarlas.

No llevarlas demasiado tiempo

“¡Cada actividad requiere un calzado específico!”, nos recuerda nuestro experto. La chancla es un calzado destinado a momentos de relax y, por lo tanto, no debe llevarse mucho tiempo porque no sujeta bien el pie. “Las chanclas se utilizan para ir a la playa, o a la piscina”. No salimos a pasear o a hacer la compra en chanclas. Si nos caemos o nos chocamos con algo, el riesgo de hacernos daño es mayor si llevamos chanclas que cualquier otro calzado, y por eso no debemos utilizarlas para todo.

Los distintos riesgos de llevar chanclas

Riesgo de irritación. La tira de la chancla que está en la zona interdigital, es decir, entre el dedo gordo y el dedo índice del pie, puede provocar irritación e incluso ampollas por el roce y el sudor. Se desaconseja llevar chanclas demasiado tiempo si hace calor, sobre todo a personas que suelen sufrir eccemas de contacto.

Aparición de dedos en garra. Puesto que el pie no está bien sujeto, las articulaciones de los dedos de los pies se contraen y se encogen a cada paso para aferrarse a la suela y no perder el calzado. Con el paso del tiempo, esto podría provocar una deformación en los pies.

Caída del puente del pie. La ausencia de sujeción del pie y la flexibilidad de la suela pueden provocar una caída del puente del pie. Esta caída suele ir acompañada de un pie valgo, que se caracteriza por una desviación de los talones hacia el interior. Esta desviación provoca que el maléolo externo (una de las dos partes óseas que se encuentran en cada lado del tobillo) sobresalga.

Debilitación del tendón de Aquiles. Al igual que ocurre con las bailarinas, las chanclas son zapatos muy planos. La ausencia de desnivel en la suela puede debilitar el tendón de Aquiles, ya que se tensa mucho más mientras caminamos.

Chanclas, ¿un nido de bacterias?

Según un estudio publicado en 2009 por la universidad de Miami, algunas chanclas podrían acumular hasta 18.000 bacterias; estas podrían infiltrarse en las ampollas y grietas de los pies y provocar infecciones. Pero cuidado, no hay que exagerar y ponerse en lo peor, ya que “las bacterias también pueden aparecer en calzado cerrado si no lo limpiamos de forma regular, sobre todo si son zapatos que llevamos a diario”, comenta Philippe Pourcel. El hecho de llevar siempre un calzado cerrado favorece la sudoración y el calor, dos factores que aumentan el riesgo de micosis. Al menos, con chanclas, el pie respira.

Consejos para elegir bien las chanclas

Aquí tienes algunas normas básicas que debes tener en cuenta antes de comprar un par de chanclas:

- Elegir una suela antideslizante para no resbalar y caerse.
- Elegir chanclas con tiras anchas para que sujeten mejor el pie.
- Las personas que suelen sufrir eccemas o micosis deberían utilizar chanclas de cuero, un material que absorbe el exceso de humedad. Sin embargo, las chanclas de materiales sintéticos son más prácticas, ya que se lavan con agua. El cuero necesita más cuidados.
- Optar por marcas que proponen suelas con un poco de desnivel y se adaptan a las curvas del pie.
- Evitar chanclas de talón, ya que como el pie no está sujeto, tenderá a resbalarse hacia la punta, lo cual acentuará el apoyo sobre la tira de la zona interdigital (entre el dedo gordo y el dedo índice).

No conducir en chanclas

Conducir en chanclas es muy peligroso porque en cualquier momento podrían quedarse atascadas entre los pedales y provocar un accidente. La suela no está sujeta a la planta del pie y, por lo tanto, podría doblarse en el momento de levantar el pie.

Fuente: Doctissimo

OS

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