Marta Elena Alárcon, dueña de un negocio en la vía Cúcuta-Pamplona, conserva cientos de mensajes que los venezolanos migrantes han redactado en lo que tienen a mano, desde bolívares fuertes hasta rozos de papel, y donde plasman sus anhelos e historias.
“Vamos 15 personas trabajadoras, luchadoras, en busca de una mejor vida para nosotros y nuestros familiares en Venezuela”, puede leerse en un sobre de manila, donde esas 15 personas plasmaron sus nombres, entre ellas una cica de nombre Andrimar Reyes quien viajaba junto a su bebe, un niño de 25 días de nacido.
Marta, posiblemente para no guardarse las palabras que los venezolanos le confían, decidió enseñárselas a todos los que se acercan a su negocio. Por eso, tomo los cientos de mensajes y los pego por todos los rincones de su caseta.
“Me han hospitalizado dos veces en el último año. Las historias que me cuentan me afectan tanto, que me dan crisis nerviosas y me enfermo (…)”, aseguró.
Fuente: La Opinion
RA
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