Los cadáveres tiroteados de los hermanos Zambrano Aliendre quedaron en medio de la calle principal del sector El Silencio, en el asentamiento campesino La Ceiba.
Quienes descubrieron los cuerpos fueron los vecinos, aproximadamente a las 6:30 de la mañana de este miércoles.
La escena no tardó en llenarse de curiosos. De inmediato reconocieron a las víctimas: José Antonio y Trino Rafael, de 25 y 19 años, respectivamente.
Aunque no vivían en la zona, presuntamente, frecuentaban en el sitio, “eran amigos de los muchachos de la comunidad”, aseguró una de las vecinas.
Además de comunicarse con los operadores del Servicio de Emergencias 1-7-1, para notificar el doble crimen, los moradores también avisaron a los familiares.
Una comisión de la Policía del Estado Bolívar se acercó a la escena para custodiar el sitio e informar a los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Desconsuelo
“Yo les dije que no se vinieran para acá”, gritaba la mamá de los hermanos cuando vio los cadáveres.
La mujer corrió y se acercó hasta los cuerpos, lamentando el doble asesinato.
Las víctimas evidenciaban al menos seis disparos, en la cabeza y la cara. Ambos presentaron exposición de masa encefálica.
Junto a los restos quedaron varios casquillos calibre 9 milímetros.
Los dolientes no ofrecieron declaraciones sobre la vida de los hermanos, pero entre los vecinos se rumoró que -presuntamente- la arremetida sería “por una mujer” de la zona.
Sin embargo, se desconoce si el conflicto era con los dos hermanos o solo uno.
Según, semanas antes del ataque uno de los muchachos recibió amenazas; la información no fue confirmada por las autoridades.
Balacera
Habitantes de las adyacencias comentaron que los disparos fueron en la madrugada.
Tras las detonaciones los habitantes también fueron alertados por el ruido de varias motocicletas que se desplazaban a gran velocidad.
Por lo peligroso y la oscuridad, los vecinos permanecieron en sus viviendas y fue hasta el amanecer que vieron los cadáveres.
Mientras esperaban por las autoridades cubrieron a José y Trino con pedazos de sábanas.
Hasta ahora se desconoce si las víctimas estaban en la casa de algún pariente y el lugar de donde regresaban cuando los atacaron.
Presumen que los criminales los seguían y cuando tuvieron la oportunidad los acribillaron.
Dijeron que nadie vio a los homicidas, ni las características de las motos en las que viajaban.
Averiguaciones
Aproximadamente a las 9:00 de la mañana llegó la comisión de la División de Investigaciones Contra Homicidios de la policía científica.
Los sabuesos colectaron las evidencias, entre ellas los casquillos de bala. También escucharon la versión de los familiares y los vecinos.
Por la forma de ejecución los detectives coincidieron en que podría tratarse de un ajuste de cuentas.
Indagan en la vida de los hermanos para confirmar si ciertamente hubo amenazas.
Creen que los homicidas son de la comunidad.
Con los datos recabados iniciarán las pesquisas correspondientes.
Pese a que realizaron un recorrido en el asentamiento campesino, no dieron con ningún sospechoso.
Pescadores
Quienes habitan en el asentamiento campesino La Ceiba, aseguraron que los hermanos eran pescadores. Trabajaban con muchachos de la zona.
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