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5 consejos para proteger tu salud hepática

La práctica de hábitos saludables, especialmente en lo que tiene que ver con la alimentación, es determinante para cuidar la salud hepática. Descubre 5 importantes consejos.

5 consejos para proteger tu salud hepática

Proteger tu salud hepática es una cuestión vital, ya que este órgano interviene en múltiples funciones de nuestro organismo. Sin embargo, muchos factores de la vida moderna le perjudican: aditivos alimentarios, hábitos tóxicos, contaminación, estrés, etc.

En este artículo compartimos algunos consejos para proteger tu salud hepática. De este modo podrás mejorar tu salud y asegurarte una mejor calidad de vida. ¡Sigue leyendo para conocerlos!

¿Por qué es importante proteger tu salud hepática?

El hígado participa en más de 500 funciones vitales. Estas son solo algunas de ellas:

Se encarga del metabolismo de macronutrientes (carbohidratos, lípidos y proteínas).
Regula la coagulación de la sangre.
Apoya el sistema inmunitario.
Interviene en el metabolismo de algunas hormonas.
Almacena glucosa.
Se encarga de la depuración de sustancias tóxicas en el organismo.

Por desgracia, muchos factores de la vida moderna pueden dañar la función del hígado. No obstante, también influyen cuestiones hereditarias e infecciones víricas. Por ello, siempre es importante cuidar la salud hepática para prevenir enfermedades.

1. Alimentos orgánicos y sin aditivos
Los aditivos alimentarios no son inocuos. Estas sustancias con propiedades conservantes, fungicidas, colorantes o edulcorantes, entre otras, causan daños en el ADN y en diferentes órganos. Entre ellos, destaca el hígado, que es el encargado de eliminar las sustancias tóxicas del organismo.

En este mismo apartado señalamos la importancia de evitar alimentos con pesticidas. La única manera de lograrlo es consumiendo alimentos orgánicos de confianza o bien que hayamos cultivado nosotros mismos.

Una dieta rica en vegetales orgánicos sería una manera de ayudar a desintoxicar el hígado. En especial, que sea rica en hortalizas crudas, cítricos, frutos secos y aceites de semillas.

2. Reducir el azúcar
La obesidad y la diabetes son dos enfermedades que han aumentado de manera significativa en las últimas décadas. Aunque la sobrealimentación y el sedentarismo son dos factores clave, el consumo de azúcar es también un factor decisivo.

El azúcar y todos los productos que lo contienen (por ejemplo, las bebidas) inciden de manera directa en la acumulación de grasa hepática. Esto puede llevar, con el paso del tiempo, a la enfermedad del hígado graso.

Por tanto, es fundamental reducir el consumo de azúcar en nuestra dieta. Podemos sustituirlo por otros endulzantes como la estevia, el azúcar de coco, el xilitol, la panela o la miel de abeja pura.

3. Tomar cardo mariano
Las semillas de cardo mariano contienen silimarina, un compuesto muy beneficioso para proteger tu salud hepática. Los estudios demuestran su eficacia en el tratamiento de diferentes tipos de enfermedades del hígado: cirrosis, hígado graso, resistencia a la insulina, etc.

La silimarina destaca por un alto poder antioxidante y antiinflamatorio. A diferencia de otros remedios, este destaca porque promueve la regeneración del hígado. Su tratamiento a largo plazo puede ser eficaz en casos de cirrosis e incluso para prevenir la metástasis de células cancerosas.

4. Controlar la ira para proteger la salud hepática
Según la antigua medicina china, todos los órganos tienen una relación con las emociones. Esta conexión entre el cuerpo y la mente nos da una perspectiva diferente para complementar cualquier tratamiento médico.

En el caso del hígado, la emoción predominante cuando sufrimos alguna alteración en este órgano es la ira. Es decir, que combatir la ira podría ayudarnos a prevenir desequilibrios hepáticos, junto con otros buenos hábitos.

Aunque no existen estudios científicos que puedan probar esta relación, la psicosomática demuestra que las emociones sí afectan a nuestra salud. Por tanto, debemos procurar potenciar las emociones positivas día a día. Además, ¿a quién le podría perjudicar vivir con alegría y serenidad?

5. Un estilo de vida sano
Para acabar, y a modo de síntesis, debemos señalar cuál es la mejor manera de proteger tu salud hepática: una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. Esto incluye evitar el tabaco y el alcohol, descansar bien por la noche, beber suficiente agua y vivir con alegría.

Llevar a cabo estos consejos no es fácil, ya que requieren cambios importantes en nuestra vida diaria. No obstante, proteger tu función hepática te ayudará a vivir mejor, de modo que este esfuerzo valdrá mucho la pena.

Fuente: Mejor con salud / EB

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