La técnica del Jelqing no tiene ningún aval médico ni tampoco científico. Sin embargo la obsesión por causar placer empieza a multiplicarse por las redes sociales.
El tema del tamaño del pene, parecía una obsesión ya superada. Sin embargo, por algún motivo difícil de comprender.
Las medidas del órgano genital masculino siguen siendo un desafío que muchos hombres se niegan a abandonar. El Jelqing parece ser la “solución” para algunos.
Cuando se pensaba que el empoderamiento sexual femenino había liberado a los hombres de dicha obsesión , las redes dicen lo contrario.
Hoy, en el Día del Orgasmo Femenino, más que nunca es necesario que los hombres comprendan que no importa su tamaño, que el goce del otro o de la otra es independiente de esa cuestión.
Deben entender que lo que realmente importa en un encuentro íntimo, es la comunicación y la posibilidad de brindarse placer mutuamente. El tamaño, es lo de menos.
Jelqing: la palabra de moda
La gran promesa para curar la supuesta humillación de un pene tamaño medio o pequeño es el “jelqing”.
En Internet existen foros de dudosa procedencia, donde se habla de sus efectos favorables.
Se viene discutiendo desde el año pasado acerca de los efectos asombrosos de esta técnica. Cabe destacar que el procedimiento no tiene nada de agradable.
Consiste en estirar el pene varias veces mientras se encuentra en estado de semierección. Este proceso debe realizarse durante un largo período de tiempo.
Los seguidores de esta práctica creen que cada estiramiento provoca una pequeña rotura en el tejido del genital. Eso permite que se forme una cicatriz que llenaría el espacio, y así el miembro iría ganando milímetros de más.
Ante la popularidad del “jelqing” varios urólogos estadounidenses salieron a hablar del tema y a advertir sobre sus peligros.
A largo plazo esta práctica que no tiene base científica no resulta para nada inocua y, por el contrario, puede ocasionar una serie de disfunciones eréctiles y urinarias.
“Estos movimientos traumáticos repetidos pueden causar cicatrices, pero también conducen a la enfermedad de Lapeyronie, que puede asociarse con disfunción eréctil y dolor intenso”, advierte el doctor Jamin Brahmbhatt.
También pueden comenzar a doblar el pene, dificultando la erección y la penetración, incluso volverla imposible.
Según el experto, esta práctica es una absoluta pérdida total de tiempo y puede ser muy dolorosa.
La conclusión es de sentido común: los hombres que estén preocupados por el tamaño de sus miembros harían bien en consultar sobre el tema con un profesional de la salud.
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Fuente: 360
YS
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