Todo parecía ser un sábado tranquilo, el día elegido por algunas damas para asistir a su tratamiento de belleza, hasta que un ciervo irrumpió en el salón de belleza por la ventana y dio una vuelta por las instalaciones. Así como entró salió.
Al parecer no fue de su agrado el servicio pues más fue el susto del ciervo que de los que se encontraban en el lugar en ese momento.
Una mujer tuvo la mala suerte de estar justo en el camino del animal y terminó con algunos golpes en la cabeza y en una pierna, pero sin mayores daños.
El ciervo aunque entró por la ventana, se fue por la puerta, sin acudir a los servicios del lugar.
Informe21/LJ
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