El Salvador registró 112 homicidios en octubre pasado, lo que lo convierte en el mes "con menos asesinatos de 2019 y desde la firma de los Acuerdos de Paz", según lo informó este viernes el presidente Nayib Bukele.
El mandatario señaló que agosto del año en curso cerró con 130 muertes, septiembre con 143 asesinatos y en octubre se registraron 112 homicidios, 133 menos que los contabilizados en el 2018 lo que indica una reducción de un 54,2 %.
Bukele, de la derechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), indicó que el promedio diario de homicidios también refleja una disminución, ya que en julio del año en curso el promedio diario de muertes fue de 4,9, en agosto bajó a 4,2, en septiembre fue de 4,7 y en octubre se redujo a 3,6.
"Debemos de trabajar para bajar ese número (112) realmente a niveles en donde El Salvador no sea considerado un país con epidemia de violencia", dijo el mandatario durante una conferencia de prensa en la Casa Presidencial.
Sin embargo, El Salvador ya supera los 2.000 homicidios en 2019, ya que hasta el 20 de octubre pasado se contabilizaban 2.080 muertes, de acuerdo con datos proporcionados recientemente por el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza.
Las autoridades de El Salvador responsabilizan a las pandillas Mara Salvatrucha (MS13), Barrio 18 y otras minoritarias de los altos índices de homicidios de entre 103 y 50,3 por cada 100.000 habitantes registrados entre 2015 y 2018, cifras que sitúan a esta nación centroamericana como una de las más violentas del mundo.
El Ejecutivo que preside Bukele atribuye la baja en los asesinatos a un plan de control territorial lanzado el pasado 20 de junio y con el que se han concentrado a más 7.000 efectivos de la Policía y del Ejército en 22 localidades.
El plan también incluye la rotación de los pandilleros presos para supuestamente romper la organización de dichos grupos al interior de las prisiones y cortar sus comunicaciones con el exterior.
Diferentes organizaciones sociales han criticado el plan de seguridad de Bukele porque, a su juicio, repite acciones implementadas en anteriores Gobiernos y con las que no se consiguieron resultados duraderos.
El aumento de militares en las calles es uno de los elementos del plan más cuestionados, dado que el mandatario ha prometido incrementar la cifra de soldados en labores de seguridad.
Las "maras", un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a los planes de seguridad implementados en las últimas cuatro administraciones.EFE
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