Angel Nieto pertenecía a los circuitos que entonces le aclamaban eran: Nürburgring, Assen, El Jarama. Pero, por un día, su público estuvo en otro escenario.
Acostumbrado a poner en pie a miles de seguidores en cada curva, aquel 5 de enero de 1974 sus incondicionales fueron una veintena de niños que no podían ni levantarse de la cama.
En la Sala de Hospitalización San Juan de Dios, del Hospital Infantil San Rafael de Madrid, uno de los Reyes Magos se disfrazó ese día de Ángel Nieto. Con su magia, transformó un camello en moto y convirtió el oro, incienso y mirra en pequeñas motocicletas de juguete que repartió entre los enfermos.
Cinco veces había sido ya campeón del mundo de motociclismo aquel hombre menudo, de apenas 26 años, que se presentó en el hospital cargado de regalos en la víspera de Reyes. Luego ganaría ocho títulos universales más que le convertirían en leyenda del deporte.
Ese día accedió al hospital con una moto de calle, un ciclomotor que a los niños debió de parecerles una máquina de la máxima potencia cuando la vieron entrar en la sala.
Qué pocas personas les acompañaban. Qué bien cuidados, pero qué solos debían sentirse los pequeños obligados a pasar esa Navidad ingresados. Un par de familiares, dos médicos, un hermano de la orden de San Juan de Dios. El espumillón en cortinas y lámparas, el árbol con sus bolas y las palabras 'Felices Pascuas' sobre la pared recordaban las fechas en las que se encontraban. Una Navidad que solo alteraba discretamente su rutina hospitalaria.
Pero con Ángel Nieto llegó la fiesta. Un campeón mundial al que quizá habrían visto alguna vez en el televisor del fondo de la habitación y que salió de la pantalla encarnado en rey mago con cazadora de cuero.
El Hospital San Rafael era ya una referencia en la medicina pediátrica desde su fundación como asilo de niños raquíticos en 1892 por San Benito Menni. Él fue el restaurador en España de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
Después de pasar por varias sedes, se instaló definitivamente en su actual emplazamiento de la calle de Serrano en 1969. El mismo año en el que Ángel Nieto ganó su primer titulo mundial. Desde entonces, el asilo pasó a denominarse Hospital Infantil San Rafael, aunque los pies de foto de aquella jornada aún hablan del 'asilo', seguramente porque así lo conocían los madrileños.
Desde entonces, la visita de grandes deportistas a los hospitales infantiles es una estampa habitual de la Navidad española. Balones, puzzles, muñecas, cuentos y equipaciones llegan a las habitaciones el 5 de enero de la mano de los héroes de los niños, Magos por un día. Pero Ángel Nieto (1947-2017) fue en 1974 el único capaz de transformar su camello en una moto y rodar con ella por San Rafael, entre dos hileras de camas ocupadas por niños boquiabiertos. Niños que cuarenta y seis años después aún mantendrán fresco el recuerdo de aquel regalo, tras una vida disfrutada con salud: la que recuperaron aquellas Navidades pasadas entre las cuatro paredes de un hospital. EFE
LJ
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