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Maestros de Ciudad Guayana rechazan medida de evaluaciones presenciales

Limitantes de transporte público, efectivo y combustible hacen cuesta arriba las evaluaciones presenciales, además de que, sin una vacuna confiable en el país, tanto niños como docentes quedan expuestos a la COVID-19.


A través de un audio la autoridad única de Educación en el estado Bolívar, Mauro Suárez, anunció que para el segundo lapso del año escolar 2020-2021, previsto a comenzar este 7 de enero, se realizarán evaluaciones presenciales en primaria y bachillerato.

“Manteniendo las normas de bioseguridad, manteniendo las normas de cuidado en salud”, expresó Suárez. Señaló que dichas evaluaciones se realizarán por grupos y en las semanas de flexibilización del esquema 7+7. Esta sería la primera vez que se activa esta modalidad desde que inició la pandemia, hace más de nueve meses.

Especialistas, docentes y representantes han denunciado desde marzo que las deficiencias de conexión y los nulos recursos tecnológicos hacen el proceso educativo en línea poco efectivo, sin embargo, la medida de evaluaciones presenciales significa otros problemas para los maestros.

Los docentes actualmente trabajan con salarios menores a cinco dólares y tendrán que lidiar con la ausencia de combustible, deficiencias y aglomeraciones en el transporte público y la escasez de efectivo ante la poca actividad de los bancos.

Elizabeth González, directora del colegio Teresa de la Parra en San Félix, señaló que con las clases desde casa los estudiantes no están aprendiendo, pero “las condiciones no están dadas” para volver a un sistema presencial de evaluaciones.

Aseguró a su vez que, a inicios de la pandemia en marzo, los profesores no fueron dotados con gel antibacterial, mascarilla, alcohol o jabón contra la COVID-19. Reclamó que en su colegio, ni siquiera el desmalezamiento de las áreas se cumple como debería y no tienen vigilancia durante las noches.

“Mi grupo de docentes se siente decepcionado”, expresó González. Aunque afirma que la vocación ha mantenido a las profesoras dando clases, el salario de 1,5 dólares y la necesidad de alimentos las obliga a dedicarse a vender en mercados informales o emigrar. “Yo tengo una profesora que me dijo que no tenía zapatos (...) eso a mí me da dolor”, relató.

Ya antes de la pandemia, las maestras no asistían con regularidad a los colegios, ahora en enero, dependiendo de la ruta y las líneas, el pasaje de transporte público alcanzó los 100 mil bolívares. Estimó que, con el salario y la baja actividad de los bancos, la inasistencia será peor. “¿Cómo le exijo a ellas que vengan todos los días?”, preguntó.

Prefiere ir a echar gasolina

Una profesora que trabaja en dos unidades educativas indicó que solo en una de las escuelas recibió insumos contra la COVID-19 desde que inició la pandemia, porque este pertenece a la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC).

“A través del Ministerio de Educación no llega nada”, dijo. La profesora manifestó que cada profesor debe resolver por sí mismo los insumos de protección. “Yo me siento muy desmotivada”.

Para la educadora, que se habiliten las evaluaciones presenciales cuando todavía hay contagios y no hay vacunas, es un error, sobre todo al ser los niños menos consientes de los daños de la pandemia y menos capaces de mantener las medidas de distanciamiento.

A nivel educativo, cuenta que sus alumnos de sexto grado no han aprendido el contenido de acuerdo con su nivel y que asistan a evaluaciones solo en semana de flexibilización tampoco permite la continuidad para prepararlos de cara a educación media.

“Necesitan supervisión y necesitan el hábito. Quizás hoy no entendiste el contenido y mañana tampoco, pero si todos los días haces el ejercicio, llega un momento cuando lo desarrollas”, aseguró.

Su vehículo está anotado para abastecerse de combustible el lunes 11 ante la suspensión de despacho por parte de la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) el lunes 4, lleva más de tres semanas esperando para abastecer su carro, por lo que no cree asistir a clases a inicio de la semana entrante. “Entre ir a trabajar y echar gasolina, yo voy a echar gasolina”, aseguró

Cambios estructurales

Doris Guzmán, representante del Colegio de Profesores Seccional 19, resaltó que al igual que en agosto, a comienzos del año escolar, siguen manteniendo su posición de paro al no haber condiciones educativas. “No hay forma ni manera de darle continuidad al año escolar”, expresó.

Calculó que cerca del 80% de los colegios están en mal estado por robos de antisociales, falta de inversión y mantenimiento que permita garantizar agua en los baños y el desmalezamiento de las áreas verdes.

La dirigente afirmó que se necesitan cambios estructurales que permitan un mejor salario, modernizar la infraestructura y la tecnología de los colegios y, cambiar el programa de competencias para captar profesores.

CDC/José Rivas.-

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