Según lo contado por sus familiares en la morgue de Bello Monte, en febrero la víctima llevó un celular inteligente para que le preparen varias cosas, pero el técnico, cuya identidad se desconoce, postergaba la entrega del dispositivo.
En marzo, Salazar fue a pedirle que le devolviera el celular, sin importar en qué condiciones estuviera, solo quería tener su teléfono.
En medio de un impasse el técnico le propinó dos heridas con un arma blanca, dijeron los parientes. Cuando se recuperó del ataque y parecía haber dejado las cosas así. Su familia le recomendó que no volviera a donde el técnico, pues podía atacarlo de nuevo.
Salazar no escuchó a sus deudos y este sábado volvió a pedir el teléfono. Como respuesta recibió otro nuevo ataque. El técnico, que ya había mostrado su actitud violenta, lo golpeó y finalmente sacó un arma, con la que le propinó dos tiros.
Luego de dispararle, el pistolero huyó del lugar. La víctima fue trasladada hasta el hospital Domingo Luciani, de El Llanito. Allí murió al poco tiempo de su ingreso.
La víctima deja en estado de orfandad a una joven de 18 años. Fungía como obrero y vivía en el mismo sector donde fue asesinado.
TA
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