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Deplorables condiciones de las plantas de industrias básicas alejan posibles inversionistas


La emisión fuera de control al medio ambiente del polvillo de alúmina calcinada en Puerto Ordaz y sus alrededores (estado Bolívar) ocurrida en los últimos días es la punta del iceberg de los problemas existentes en las empresas básicas de la Corporación Venezolana de Guayana, CVG, aseguraron fuentes gerenciales y sindicales del sector que solicitaron guardar sus nombres en reserva.

Insistieron que todo el plantel industrial ha sido objeto de descuido por parte de las administraciones chavistas, fundamentalmente desde 2008.

«Últimamente han desfilado por las instalaciones representantes de empresas extranjeras pero eso no se ha concretado en negociaciones definitivas debido a la enorme inversión a realizar para poner operativas las plantas de forma continua, eficiente, segura y confiable», refirió un consultado.

Destacó que las filiales de la CVG están abandonadas por la falta de mantenimiento, inversiones y adecuación tecnológica.

Las fuentes explicaron que la emisión del polvillo de alúmina calcinada -la cual perjudicó la salud de los habitantes y el medio ambiente- se debió a que fallaron los filtros de la planta productora de alúmina en uno de los varios intentos por arrancar las actividades de la factoría, cuya capacidad instalada de producción es de dos millones de toneladas anuales de alúmina, insumo básico para obtener aluminio.

«La razón del mal funcionamiento de los filtros es que los repuestos no son nuevos sino reciclados», manifestaron las fuentes.

Trabajadores contaron que el polvillo de alúmina calcinada suele quedarse dentro de los espacios de la planta pero «en esta oportunidad las cosas se salieron de control».

José Luis Alcocer, dirigente sindical del Movimiento Unidad Matancera de la Siderúrgica del Orinoco, refirió que Sidor fue visitada por empresarios rusos y chinos, pero «ellos sólo adquirieron materiales y equipos calificados como chatarra».

Agregó que hace unas semanas un grupo de mexicanos estuvo en Sidor. Sin embargo, hasta ahora no hay anuncios de asociación ni ejecución de proyectos para modernizar la acería.

Según las fuentes, además del estado deplorable de las plantas, las actividades industriales enfrentan problemas de suministro de energía (gas y electricidad).

Asimismo, está la falta de dragado periódico y eficiente en el río Orinoco para que los barcos puedan cargar y transportar regularmente los insumos y productos a los mercados nacionales e internacionales a través de esa vía fluvial.

Producción a pique


Los resultados operacionales y financieros de las empresas del grupo CVG están en rojo desde hace años debido a la parálisis de muchas plantas y procesos, afirmaron las fuentes.

Precisaron que Alcasa, empresa reductora de aluminio con capacidad instalada de manufactura de 120.000 toneladas anuales, se encuentra paralizada desde marzo de 2019.

Venalum, también productora de aluminio, opera apenas a 10% de su capacidad instalada de 430.000 toneladas al año, mientras que Ferrominera del Orinoco lo hace a 20% de su capacidad de 25 millones de toneladas/año de mineral de hierro.

«Esos volúmenes en el caso de las empresas que están operando no cubren siquiera las necesidades del mercado interno, excepto Ferrominera que también exporta», manifestó un consultado.

Industriales del sector privado metalúrgico y siderúrgico en Venezuela señalaron que dependen mucho de la importación de acero, aluminio y otros productos terminados, los cuales compran a altos precios.

Por ello, agregaron, esperan una mejora de la situación con la apertura de la frontera colombo-venezolana.

«Colombia le ganó a Venezuela en las áreas de manufactura y de extracción de minerales y petróleo en los últimos años y en gran parte gracias a la migración de profesionales y técnicos muy calificados venezolanos al vecino país», expresó una fuente.

Trabajadores en la inopia


Alcocer alertó que 30.000 de los 50.000 empleados de las empresas básicas de Guayana fueron enviados a sus casas desde antes de la pandemia de la Covid-19 debido a la caída de las actividades industriales.

En el caso de Sidor, añadió, 4.000 de 7.000 personas de la nómina permanecen en sus hogares y -como en el resto de las empresas CVG- cobran un poco más que el salario mínimo sin otros beneficios de la contratación colectiva, la cual el gobierno de Nicolás Maduro sustituyó con el instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto, Onapre.

«Los seguros de HCM han sido eliminados así como la mayoría de los bonos y otros beneficios socio económicos», denunció el sindicalista.

Indicó que para completar el ingreso del grupo familiar, los trabajadores se desempeñan también en el sector informal vendiendo verduras y plátanos.

Alcocer aclaró que no son mejores las condiciones laborales de los trabajadores que acuden a las plantas, quienes además padecen el acoso y amenazas del oficialismo para que no informen sobre el deplorable estado de las empresas básicas.

Hispanopost -

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