Un Callejón de Los Pobres sin el ajetreo de compradores, vitrinas en centros comerciales sin tantas miradas sobre ellas y locales con poca cantidad de usuarios son la antesala de una actividad comercial prevista como “floja” para este último trimestre del 2017.
En años anteriores el impulso o “tabla de salvación” de las ventas de los establecimientos estaban en octubre, noviembre y diciembre, principalmente por el pago de utilidades; este año, las esperanzas se desvanecen. “Si antes llegaban en mi puesto 10 personas, ahora solo 6, y la mayoría pregunta el precio y se va. Ha sido muy duro mantenerse a flote y no me hago muchas ilusiones con lo que serán las fechas cercanas a diciembre”, expuso, de forma desalentada, Yaritza Aguirre, de 39 años.
Alrededor de su tarantín en el casco central, se observan otros vacíos: sin mercancía ni vendedores. “Los dueños cerraron y se fueron, ya no les era rentable; ahora se llevan la ropa para Colombia”, reveló Aguirre.
A la baja rentabilidad por los altos precios y pocas compras se le deben sumar otros problemas como la falta de efectivo, la poca disponibilidad y colapso de los puntos de ventas; factores que recuerdan al diciembre del año pasado cuando los comercios atravesaron por las mismas vicisitudes.
“Tenemos pocas expectativas. Prevemos que los locales de ropa y calzado tengan una caída en sus ventas de 50% en comparación al 2016, mientras que el inventario de piezas nuevas ha bajado un 40%. Además, el sector más golpeado será el de electrodoméstico”, explicó Elio Rivas, director de la Unión de Comerciantes del Zulia (Ucez).
En el centro de la ciudad, Frexy Amaya, vendedor de ropa, aseguró que la docena de jeans roza los tres millones de bolívares. Así, un pantalón de este estilo puede oscilar en el “Callejón” o Las Playitas entre los 200 mil y 300 mil; mientras que en los centros comerciales, supera los 400 mil.
A veces opto por bajar el precio lo más que se pueda y perder parte de la ganancia para conseguir una compra”, agregó Aguirre. No obstante, esta estrategia aún resulta insuficiente, pues los usuarios consultados aseveran que un mes de salario no les alcanza para un par de zapatos.
“En estos momentos no estoy pensando en vestimenta ni qué voy a comprar en diciembre. Me ha tocado reunir durante varias semanas solo para comprar un jeans”, apuntó Mariangel Fuenmayor, del sector 18 de octubre.
Julio Sánchez, del sector Los Haticos, afirmó que en lo que va de año apenas ha podido adquirir dos pantalones y buscando ofertas. “Uno gasta demasiado para la ropa; cualquier prenda son más de 100 mil bolívares, ¡eso es una barbaridad!”, dijo el obrero de 52 años.
La “salvación” para algunos establecimientos serían las utilidades; sin embargo, el pago mínimo, de acuerdo con el cálculo establecido en Ley, son de 30 días, es decir, Bs.136.544. “Igualmente será insuficiente si unos zapatos te cuestan más de 250 mil bolívares”, criticó Rivas, desde la Ucez.
Subrayó que le parece “insólito” que la gente tenga que usar extracrédito para comprar un calzado. Rivas considera que los comerciantes tendrán que optar por bajar los precios de la mercancía “estancada” como alternativa para recuperarse estos últimos tres meses.
Entretanto, las “cotorreras” o ventas a cielo abierto de ropa usadas ganan espacios en Maracaibo. En ellas se puede encontrar un jeans en un promedio de 30 mil bolívares a 50 mil bolívares.
Patricia Fuenmayor, del sector El Tránsito, manifestó que ante los precios de la ropa nueva solo le ha quedado adquirir de segunda mano, pues su prioridad es la comida.
Esta actividad, sin embargo, también presenta una circunstancia que la amenaza: la escasez de billetes. “Este negocio se mueve con efectivo y ahora cada vez es más difícil conseguirlo. Aparte no tenemos puntos de ventas, por eso estamos preocupados por cómo vamos a hacer en diciembre”, lamentó Breisy Rangel, vendedora en una “cotorrera” en La Limpia.
Fuente: Panorama
CC
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