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Presidentes de circuitos penales, obstáculos en la guerra contra la corrupción judicial y la impunidad

El escándalo y la corrupción llegan al TSJ


Por José Luis Centeno S. (@jolcesal)

No pudo haber una colosal corrupción sin el apoyo de magistrados del TSJ y presidentes de los circuitos penales del país, ligados a Tareck El Aissami y a su corriente de árabes y persas, por efecto de una alianza que haría nugatoria la lucha frontal contra la corrupción.

Una alianza sobrevenida cuando El Aissami era gobernador del estado Aragua y Marjorie Calderón, Jueza Rectora y Presidenta del Circuito Judicial Penal de esa entidad. ¿El motivo? La fuerza policial subordinada a Tarek se convirtió en una de las más violentas y abusivas del país.

A la par, ocurría la expansión de bandas criminales presuntamente vinculadas con el mandatario regional, v.gr.: el tren de Aragua. Por tanto, habría requerido apoyo en materia penal en lo institucional y en lo delictual. Jugando posición adelantada, la primera en correr en su ayuda fue Marjorie Calderón.

Luego, Marjorie Calderón y Maikel Moreno, tras ser investidos como magistrados del TSJ el 2014, se erigieron en las principales fichas de El Aissami dentro del Poder Judicial y trasmutaron en sus lazarillos, particularmente en casos penales contrarios a los intereses de él. 

El entonces presidente del TSJ, Maikel Moreno, alertó sobre la venta fraudulenta de petróleo de Pdvsa en 2020, pero el sistema judicial arremetió contra empleados de la estatal petrolera que denunciaron ese hecho. Ergo, era un show de Maikel, devenido de la alianza con epicentro en el estado Aragua.

Así las cosas, es impensable un entramado de corrupción sin piezas en el TSJ. En consecuencia, hay corrupción en Dos Pilitas, vale decir, en el TSJ. Por tanto, la presidente del TSJ, magistrada Gladys Gutiérrez Alvarado, ha de esforzarse en impulsar la revolución judicial, de entrada, los presidentes de los circuitos penales son los mismos designados por Maikel Moreno.

La presidencia del TSJ y la Sala Plena han removido siete jueces rectores en el país, pero siguen intactas las mafias judiciales, pues al permanecer los adláteres de Maikel Moreno en sus cargos, no se ha operado un cambio en la conducción de los circuitos judiciales penales.

Mayor corrupción judicial e impunidad, es el resultado. La magistrada Marjorie Calderón, por caso, habría adquirido fincas con el tráfico de sentencias judiciales, secundada por el Juez Rector y Presidente del Circuito Judicial Penal del estado Barinas, Dr. José Luis Cárdenas Quintero, protegido desde el estado Mérida, hasta ahora feudo judicial del esfumado capitoste.

Acciones sencillas servirían para adecentar al Poder Judicial, entre otras, la verificación de la declaración jurada de patrimonio de todos los jueces penales del país por parte de la Dirección de Control Fiscal de la Contraloría General de la Republica, y comparar los bienes muebles e inmuebles que exhiben.

Inventariar expedientes de los tribunales de control, juicio y ejecución, la rendición de cuentas de los presidentes y ex presidentes de circuitos penales, traerían muchas sorpresas de cara a la lucha frontal contra la corrupción, tanto, como proponer al pleno de la Asamblea Nacional la destitución de todos los presidentes de circuitos penales del país, para viabilizar la revolución judicial.

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