Según los afectados, el problema comenzó el pasado mes de diciembre, cuando un joven de la familia Cenci empezó a sacar cajones con parlantes para poner música a todo volumen, sin importarle las quejas de los vecinos.
La señora Altagracia Bautista, residente de la zona, dijo que el ruido afecta a las personas que padecen de alguna enfermedad o condición médica. “Hay familias con personas con alguna patología. He tratado de hablar con el joven y hacerle entender que el ruido afecta a estas personas. Pero no hace caso, solo se molesta”, expresó Bautista.
Otro vecino, Yanni Lejarazo, quien tiene un familiar que sufre de la tensión, agregó que la bulla altera la tranquilidad de los quebrantados de salud y el desarrollo de las actividades diarias de los residentes. Lejarazo espera que el propietario de la miniteca tome conciencia y baje el volumen al equipo cuando lo active.
Los vecinos manifestaron que no tienen nada en contra de escuchar música, sino que la familia Cenci debe respetar las normas de convivencia. “Si la música sonará en un volumen moderado, no habría problema”, señalaron.
Asimismo, explicaron que todo el mes de diciembre montaron la miniteca a todo volumen, situación que no dejó descansar a la vecindad.
Los habitantes de la calle Concordia solicitaron a las autoridades competentes que intervengan para solucionar el problema de la contaminación sónica, que afecta su calidad de vida y su salud.
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