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Tramitar el pasaporte en Venezuela resulta cada vez más difícil



Joel Bustamante estaba harto del alto costo de vida y los tiroteos y delitos menores en su vecindario obrero de Caracas. Decidió que estaba dispuesto a hacer lo que muchos de sus compatriotas venezolanos han hecho y huir del país desgarrado por la crisis. Consiguió un empleo fabril en Chile, compró un billete de avión de ida y empacó sus maletas.
Todo lo que necesitaba era un nuevo pasaporte. Lo solicitó seis meses antes de su vuelo programado. Tiempo de sobra, le dijeron. Pero los días de espera se convirtieron en semanas, luego en meses. Hasta el día de hoy, once meses después de que ese vuelo partió hacia Chile sin él, Bustamante, un taxista de 24 años, sigue esperando.
"Es algo increíble", dijo. "Si no fuera por este lío, me habría ido."
De toda la escasez que hoy afecta a Venezuela --de alimentos y medicamentos, incluso de efectivo-- la falta de pasaportes es en algunos aspectos la más cruel. En términos de penuria, no puede igualar el tipo de sufrimiento que inflige la escasez de, por ejemplo, agua potable o de comprimidos para la presión arterial alta, pero tiene el efecto surrealista de hacer que la gente se sienta atrapada, como si estuviera prisionera en su propio suelo disfuncional.
Cientos de miles de personas están a la espera, mientras la emergencia de los pasaportes frena un éxodo sin precedente. Desde que las políticas intervencionistas del difunto líder socialista Hugo Chávez hundieron la economía en una crisis total, los venezolanos vienen saliendo en masa. Se instalan en el vecino Panamá o se dirigen hacia el norte a los Estados Unidos o prueban suerte en España.
El gobierno no publica esas estadísticas, pero Tomás Páez, autor de "La voz de la diáspora venezolana", estima que en los últimos 18 años se han ido cerca de 2 millones de personas.
Quizá no parezca demasiado cuando se compara con naciones como Colombia o México, pero los venezolanos nunca fueron migrantes en un nivel significativo antes del ascenso de Chávez en 1999.
Bendecido con las mayores reservas de petróleo del mundo, el país fue durante décadas uno de los más ricos de la región. No había realmente ninguna necesidad de irse. En todo caso, Venezuela era receptor de inmigrantes, de Colombia y de otros países de América Latina, así como también de España e Italia y Portugal.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro ha reconocido el problema con los pasaportes y la semana pasada lanzó una nueva opción "express" online que ofrece entregarlo en un plazo de 72 horas por más del doble del precio estándar. No se sabe cuántos han logrado intentar el proceso acelerado; el sitio web está colgado.
La razón que ha dado el organismo a cargo de los pasaportes, conocido como Saime, es que no tiene suficientes "materiales". Puede ser que el gobierno simplemente no pueda permitirse comprar todo el papel que necesita. Llamadas telefónicas y correos electrónicos a la agencia y al Ministerio del Interior no fueron respondidos.
Algunos días, cientos de personas hacen fila frente a la sede de Saime en Caracas, llegando incluso a las 5:00 de la madrugada. El proceso puede resultar penoso aun para quienes tienen razones más prosaicas para querer un pasaporte --visitar a la familia o tomar vacaciones. (Bloomberg)

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